viernes, 19 de julio de 2013

Torquemada el inquisidor general de Castilla

“Pocas veces la virtud ha causado tanto sufrimiento al aliarse con la intolerancia”

La península ibérica recién está logrando liberarse del dominio árabe luego de 772 años de conquistas y luchas, y la unión nacional dejó de ser una anhelada utopía, para convertirse en una realidad, tras el matrimonio de Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla.


Representación de Los Reyes Católicos en un billete de 1957.

España en estos momentos es una identidad desgastada monetariamente a causa de las constantes luchas independentistas que ha desangrado a sus pobladores y ha evitado la inversión para asegurar un crecimiento económico, en comparación con varios de sus vecinos: Francia, el Sacro Imperio Romano (estados germánicos) y las ciudades estados de Venecia, Florencia, Milán y Nápoles. Incluso, la recién independizada Portugal, se ha consolidado gracias a sus expediciones marítimas por África.

Este es el territorio que pronto van a dominar en su totalidad estos jóvenes reyes, llenos de esperanzas y anhelos, pero repleto de moros y judíos, que por herencia ancestral se encontraban allí asentados desde hacía siglos y sentían ésa, como su tierra, permaneciendo en ella a pesar de los acosos de los cristianos, “renegando” incluso, algunos de su religión, para evitar otra diáspora, buscando como todos, un lugar para vivir. Muchos prefirieron huir y se fueron a Marruecos, que les dio la bienvenida con los brazos abiertos, los sefardíes, y otros, arraigados a sus tierras se convirtieron al cristianismo, pero manteniendo, en secreto sus creencias religiosas.


"La rendición de Granada"
Autor: Francisco Pradilla Ortiz, 1882

Fue en ellos donde se posaron los ojos de los reyes, ¿para unificar verdaderamente a la iglesia católica sin la influencia negativa de otras religiones paganas? o ¿por apropiarse de sus pertenencias? tan necesarias para una economía maltrecha que todavía no cuentan con el golpe de suerte que en unos años los convertirá en una súper potencia mundial y en un imperio, al descubrir América y sus inmensas riquezas. El objetivo real es el de apropiarse de las pertenencias de los judíos, las que no se pueden llevar, sus tierras, sus casas, sus negocios, así que los reyes redactan y firman El Edicto de Granada, el 31 de marzo de 1492 y proscriben toda religión que no sea la católica.


 "Hemos decidido ordenar que todos los judíos, hombres y mujeres, de abandonar nuestro reino, y de nunca más volver. Con la excepción de aquellos que acepten ser bautizados, todos los demás deberán salir de nuestros territorios el 10 de julio de 1492 para no retornar bajo pena de muerte y confiscación de bienes..."

Gracias a esa convicción de "fe", los reyes católicos, recibirán  pronto ese título, por parte del Vaticano, y se llegan a consolidar como única autoridad en toda la península ibérica, debido a su desmedida ambición, que centralizó a todos los poderes y creó un mecanismo de miedo y terror para controlar a sus súbditos y apropiarse de sus bienes: la Santa Inquisición. Este mecanismo represivo no poseía límites, ya que logró desprenderse del control papal para ser controlado exclusivamente por la corona.

Por recomendación de la reina Isabel, el papa Sixto IV designa a un oscuro fraile, Tomás de Torquemada, que hasta ese momento detentaba el cargo de prior del monasterio de Santa Cruz de Segovia, y que, por coincidencias del destino llegó a convertirse en confesor real, como Inquisidor General de Castilla, labor que llevó a cabo con fanatismo extremo; para algunos un santo y para otros un sádico, cruel y monstruo. Su apellido significa "rostro quemado".


Convento de Santa Cruz en Segovia, España.

Torquemada nació en 1420 en una noble familia castellana, y como todo segundón busca en la vida religiosa un refugio y una opción de vida, ingresando en la Orden de los Dominicos, en donde las influencias familiares lo ayudaron en su carrera eclesiástica. Sus ancestros eran de origen judío que para mantener su herencia hidalga se convirtieron al cristianismo y a partir de allí comenzaron a sentir el llamado religioso; su tío era el cardenal Juan de Torquemada. Según el historiador Joseph Pérez, “el antijudaísmo militante de algunos conversos se debía a su deseo de distinguirse de los falsos cristianos mediante la severa denuncia de sus errores”.



Torquemada a pesar de su posición privilegiada era un hombre serio y austero, que dormía sin sábanas, comía poco y sencillo, rechazaba cualquier lujo, era severo consigo mismo y mantenía sus convicciones contra viento y marea. 



Al tomar el cargo de Gran Inquisidor en 1483, decidió renovar la institución, redactando de nuevo sus Instrucciones y fue inflexible, pero el pleno poder lo logró intimidando a la población y asesinando, para inculpar a los judíos de los crímenes, por él ordenados.


Lámina que representa las torturas realizadas durante La Inquisición Española.

Los números conservadores de muertes en la hoguera, aprobadas por él, son de alrededor de 2.000 personas, entre musulmanes y judíos conversos, pero se cree que el número en verdad es mucho más elevado. Con todos los abusos que se cometieron en nombre de la fe, las otras injusticias, unidas, fueron tímidas en comparación con La Inquisición Española, y a pesar de todos los registros, existen, aun hoy personas que defienden a Torquemada, alegando que él estaba ajeno a muchas de las arbitrariedades.

En ésta obra el pintor español Francisco Goya representa un
juicio conducido por La Santa Inquisición en donde la
humillación pública es parte esencial del proceso.

El papa Alejandro VI lo destituye del cargo en 1494 y lo manda a arrestar por abuso de poder, condena que fue cumplida de manera efímera, al morir Torquemada, cuatro años después.


Papa Alejandro VI, Rodrigo Borgia (1431 al 1503)

El escritor francés, Víctor Hugo, publica en 1882 su novela Torquemada y el cineasta Mel Brooks hace una parodia de él en la película La Loca Historia del Mundo (1981).


Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

1 comentario:

  1. No dicen los catolicos de todas estas persecuciones y matanzas q hicieron para llenarse de dinero y de poder, complaciendo a reyezuelos y poderosos.
    En la actualidad con Juan Pablo II y con este Papa Francisco se esta reconociendo en algo las culpabilidades de la Iglesia Catolica porque de lo contrario seguiran por siempre los enfrentamiento y las rencillas entre las religiones.

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