“Asesiné a un hombre para salvar a 100.000” .
Esta frase, en su momento, pudo haber sonado
pretensiosa, pronunciada por una mujer, y más, cuando unos meses antes, se
había escuchado una muy similar, dicha por Maximilien Robespierre, al momento
de condenar a muerte al rey Luis XVI de Francia. Pero hubo de pasar algunos
años, antes de que el pueblo francés pudiera medir la proporción del gran favor,
que ésta mujer, Charlotte Corday, le
había hecho a su país, a su sociedad, a todos, excepto, a ella misma.
Detalle del "Retrato de Charlotte Corday" Autor: Jean-Jacques Hauer |
Francia
era en ese momento el centro de atención, desde que el 14 de julio de 1789, el
pueblo, harto de tiranos mediocres, opresión y hambre se levantó en contra de
la monarquía, la Iglesia y las demás instituciones que conformaban al Antiguo Régimen, creándose La Revolución Francesa. Toda Europa era
monárquica y estaba relacionada por lazos de sangre con el rey Luis XVI, pero temblaba,
con el sólo pensamiento, de que esa fiebre revolucionaria cruzara fronteras y
como la peste contagiara a sus pueblos y los derrocara con ideologías
republicanas. Pero milagrosamente se contuvo, porque a pesar de los altísimos
ideales que se produjeron en esa gesta social (Los derechos humanos, entre
otros), vino tras de sí, como era de esperarse, aunque nadie se percató, la
opresión y el tiranismo, pero esta vez, en el nombre del pueblo; la víctima se
transforma en victimario, con la llegada de Maximilien Robespierre, Georges
Dantón y Jean-Paul Marat; período histórico, mejor conocido, como El Régimen del Terror. El peor de todos es:
Marat, “el amigo del pueblo”, un hombre de ideales, pero obsesionado por un
fanatismo incontrolado, enceguecido por el resentimiento y ahora todopoderoso,
quien nunca se imaginó, que una muchacha de 25 años lo iba a asesinar.
"Danton, Marat y Robespierre Museo Lambinet, Versalles, Francia |
Charlotte Corday, cuarta hija de una familia noble empobrecida,
había nacido en 1768 en una villa al norte de Francia. Su educación fue típica
para una niña de su clase; en un colegio interno, la Abbaye aux Dames, en Caen, hasta que fue
cerrado en pleno auge revolucionario, viéndose obligándola a mudarse a casa de
una prima, hecho que fue clave en su actitud, manera de pensar y convicción. La
ciudad de Caen era un refugio reducido de girondinos
(partido político de derecha, revolucionario, pero opuesto a las matanzas y a
la ejecución del rey), perseguido y acosado por los jacobinos, que en ese instante ostentaban el poder absoluto. Y fue
justamente a causa de eso: la ejecución de 23 girondinos y la ejecución del
rey, lo que impulsó a Charlotte Corday
a lo impensable, asesinar al mounstro, Jean-Paul Marat, quien día a día
reclamaba más cabezas de “traidores” por su causa y por sus puntos de vista;
una guillotina en cada plaza; se calculan más de 55.000 ejecuciones en un año,
ese sólo año que duró el Régimen del
Terror, 1793.
"Retrato de Jean-Paul Marat" Autor: Joseph Boze, 1793 Museo Carnavalet, París, Francia |
Charlotte, dispuesta
a matar a Marat, se traslada a París y solicita una cita para entrevistarse
“con el mismo Diablo”, pero en la primera oportunidad le fue negada, insistió e
insistió hasta que en la tercera ocasión, argumentando poseer información que le
rendiría un gran servicio a Francia, la audiencia le fue otorgada. Marat,
enemigo acérrimo de los girondinos,
ve en esta entrevista la oportunidad de atacarles directamente al corazón, en la
ciudad de Caen, refugio de éstos renegados.
Antes
de su decisivo encuentro, Charlotte
Corday, escribió un largo texto, al que llamó “Discurso a los franceses,
que son amigos de la ley y la paz”, justificado así, para la posteridad, la
acción que estaba a punto de llevar a cabo.
El
13 de julio fue a casa de su enemigo y se tiene que reunir con él, en el cuarto de baño; Marat
estaba en su bañera, debido a una enfermedad crónica de la piel y desde allí trabajaba. Frente
a él, mientras escribía entusiasmado la lista de nombres que Charlotte le dictaba, ella entonces aprovechó en
sacar un cuchillo de mesa de su bufanda y lo apuñaló en el pecho, perforándole
el pulmón, la aorta y el ventrículo izquierdo; una estocada precisa. Retorciéndose
antes de morir desangrado, le grita a su esposa, Simonne, “¡Ayúdame! Mi querida
amiga”, y muere. La escena, de Marat muerto en la bañera, es inmortalizada en
la pintura del artista Jacques-Louis David, quien busca idealizarlo como
un mártir de la revolución.
"La muerte de Marat" Autor: Jacques-Louis David, c. 1793 Museo del Louvre, París, Francia |
Charlotte Corday no hace el menor intento de escapar y de inmediato es
apresada, enjuiciada y cuatro días después, el 17 de julio de 1793, ejecutada en la infame guillotina, en medio de odios e insultos.
"Charlotte Corday es conducida a su ejecución" Autor: Arturo Michelena, 1889 Galería de Arte Nacional, Caracas, Venezuela |
El sacrificio personal de ella, en un principio fue efímero, ya que Marat se transformó de
inmediato en un mártir y personaje de idolatría, pero con el pasar de los años,
los que una vez lo amaron, abrieron los ojos.
Escrito
por Jorge Lucas Alvarez Girardi
Importante contribución para aclarar una historia poco conocida en la actualidad para grandes mayorías. A. Michelena la inmortalizó para nosotros en un cuadro famoso que esta la la Galeria de Arte Nacional
ResponderEliminarGenial aporte.
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