jueves, 4 de julio de 2013

Charlotte Corday mata a Marat


Asesiné a un hombre para salvar a 100.000. 

Esta frase, en su momento, pudo haber sonado pretensiosa, pronunciada por una mujer, y más, cuando unos meses antes, se había escuchado una muy similar, dicha por Maximilien Robespierre, al momento de condenar a muerte al rey Luis XVI de Francia. Pero hubo de pasar algunos años, antes de que el pueblo francés pudiera medir la proporción del gran favor, que ésta mujer, Charlotte Corday, le había hecho a su país, a su sociedad, a todos, excepto, a ella misma.

Detalle del "Retrato de Charlotte Corday"
Autor: Jean-Jacques Hauer

Francia era en ese momento el centro de atención, desde que el 14 de julio de 1789, el pueblo, harto de tiranos mediocres, opresión y hambre se levantó en contra de la monarquía, la Iglesia y las demás instituciones que conformaban al Antiguo Régimen, creándose La Revolución Francesa. Toda Europa era monárquica y estaba relacionada por lazos de sangre con el rey Luis XVI, pero temblaba, con el sólo pensamiento, de que esa fiebre revolucionaria cruzara fronteras y como la peste contagiara a sus pueblos y los derrocara con ideologías republicanas. Pero milagrosamente se contuvo, porque a pesar de los altísimos ideales que se produjeron en esa gesta social (Los derechos humanos, entre otros), vino tras de sí, como era de esperarse, aunque nadie se percató, la opresión y el tiranismo, pero esta vez, en el nombre del pueblo; la víctima se transforma en victimario, con la llegada de Maximilien Robespierre, Georges Dantón y Jean-Paul Marat; período histórico, mejor conocido, como El Régimen del Terror. El peor de todos es: Marat, “el amigo del pueblo”, un hombre de ideales, pero obsesionado por un fanatismo incontrolado, enceguecido por el resentimiento y ahora todopoderoso, quien nunca se imaginó, que una muchacha de 25 años lo iba a asesinar.

"Danton, Marat y Robespierre
Museo Lambinet, Versalles, Francia

Charlotte Corday, cuarta hija de una familia noble empobrecida, había nacido en 1768 en una villa al norte de Francia. Su educación fue típica para una niña de su clase; en un colegio interno, la Abbaye aux Dames, en Caen, hasta que fue cerrado en pleno auge revolucionario, viéndose obligándola a mudarse a casa de una prima, hecho que fue clave en su actitud, manera de pensar y convicción. La ciudad de Caen era un refugio reducido de girondinos (partido político de derecha, revolucionario, pero opuesto a las matanzas y a la ejecución del rey), perseguido y acosado por los jacobinos, que en ese instante ostentaban el poder absoluto. Y fue justamente a causa de eso: la ejecución de 23 girondinos y la ejecución del rey, lo que impulsó a Charlotte Corday a lo impensable, asesinar al mounstro, Jean-Paul Marat, quien día a día reclamaba más cabezas de “traidores” por su causa y por sus puntos de vista; una guillotina en cada plaza; se calculan más de 55.000 ejecuciones en un año, ese sólo año que duró el Régimen del Terror, 1793.

"Retrato de Jean-Paul Marat"
Autor: Joseph Boze, 1793
Museo Carnavalet, París, Francia

Charlotte, dispuesta a matar a Marat, se traslada a París y solicita una cita para entrevistarse “con el mismo Diablo”, pero en la primera oportunidad le fue negada, insistió e insistió hasta que en la tercera ocasión, argumentando poseer información que le rendiría un gran servicio a Francia, la audiencia le fue otorgada. Marat, enemigo acérrimo de los girondinos, ve en esta entrevista la oportunidad de atacarles directamente al corazón, en la ciudad de Caen, refugio de éstos renegados.

Antes de su decisivo encuentro, Charlotte Corday, escribió un largo texto, al que llamó “Discurso a los franceses, que son amigos de la ley y la paz”, justificado así, para la posteridad, la acción que estaba a punto de llevar a cabo. 

El 13 de julio fue a casa de su enemigo y se tiene que reunir con él, en el cuarto de baño; Marat estaba en su bañera, debido a una enfermedad crónica de la piel y desde allí trabajaba. Frente a él, mientras escribía entusiasmado la lista de nombres que Charlotte le dictaba, ella entonces aprovechó en sacar un cuchillo de mesa de su bufanda y lo apuñaló en el pecho, perforándole el pulmón, la aorta y el ventrículo izquierdo; una estocada precisa. Retorciéndose antes de morir desangrado, le grita a su esposa, Simonne, “¡Ayúdame! Mi querida amiga”, y muere. La escena, de Marat muerto en la bañera, es inmortalizada en la pintura del artista Jacques-Louis David, quien busca idealizarlo como un mártir de la revolución.

"La muerte de Marat"
Autor: Jacques-Louis David, c. 1793
Museo del Louvre, París, Francia

Charlotte Corday no hace el menor intento de escapar y de inmediato es apresada, enjuiciada y cuatro días después, el 17 de julio de 1793, ejecutada en la infame guillotina, en medio de odios e  insultos.

"Charlotte Corday es conducida a su ejecución"
Autor: Arturo Michelena, 1889
Galería de Arte Nacional, Caracas, Venezuela

El sacrificio personal de ella, en un principio fue efímero, ya que Marat se transformó de inmediato en un mártir y personaje de idolatría, pero con el pasar de los años, los que una vez lo amaron, abrieron los ojos.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

2 comentarios:

  1. Importante contribución para aclarar una historia poco conocida en la actualidad para grandes mayorías. A. Michelena la inmortalizó para nosotros en un cuadro famoso que esta la la Galeria de Arte Nacional

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