miércoles, 16 de diciembre de 2015

Yves Klein, "La Vida en Azul"



En el arte, ¿en quién pensamos cuando pensamos en azul?


La respuesta está más cerca de lo que uno piensa, pero éste artista de mediados del siglo XX influenció, con su sistemática utilización de un tipo de azul ultramarino creado por él como único color en sus obras a artistas de la talla de Henri Matisse y Robert Rauschenberg, y algo mucho más contemporáneo: The Blue Man Group. E incluso lo registró: IKB 191.

Henri Matisse, Desnudos en Azul, 1952

El azul se utiliza en el arte y en la joyería desde tiempos antiguos, su color de inmediato nos hace pensar en el profundo mar y en el infinito cielo, razón por la cual siempre nos ha fascinado, pero desde ese entonces y hasta hace muy poco, la fuente primaria para crear este pigmento provenía de una piedra semi preciosa: el Lapislázuli. No sólo es escasa sino de proveniencia distante: Afganistán. Ante esta extravagancia, los artistas se reservaron la utilización de éste color sólo a los personajes en sus obras que lo ameritaran, ya sea por su linaje o importancia, llegando todos ellos a un acuerdo implícito, La Virgen María. Pero eventualmente el color se llegó a sintetizar a finales del siglo XIX  y su costo disminuyó a tal punto que su producción, en comparación a otros, resultó ser de los más baratos. Fue allí cuando un grupo de artistas modificó paulatinamente su uso y su significado utilizándolo para representar emociones: Pierre-Auguste Renoir, Claude Monet, Vincent van Gogh y Pablo Picasso, y esa emoción es melancolía, porque en palabras de Matisse, “ciertos tipos de azul penetran tu alma”.

Vincent van Gogh, Noche estrellada, 1889. MoMA, Nueva York

Los colores tradicionales de jerarquía son: azul, rojo y amarillo, y nuestro artista, Yves Klein, los utilizó todos, pero de forma individual, llegando a consolidar un movimiento conocido como Monocromismo.

Monocromías de Yves Klein, Museo Pompidou, París

Allá por el año 1946, en una playa del Sur de Francia, Yves Klein junto a otros amigos decidieron, conceptualmente, distribuirse el Mundo entre ellos: Claude Pascal quiso quedarse con las Palabras, Arman Fernández con la Tierra e Yves Klein fue un poco más ambicioso, se quedó con el Vacío que rodea a la Tierra (el Cielo), cuya percepción visual es azul. Eventualmente él redujo su ya escasa paleta de colores sólo a ese color: Azul.

En esa búsqueda del Vacío, cosa que en verdad no es fácil representar, Yves Klein, quién entre sus cualidades artísticas también estaba la música, compuso en 1949 una de las melodías más revolucionarias del siglo XX: La Sinfonía Monotónica. Esta pieza de 40 minutos tiene por finalidad el mantener un acorde sostenido por 20 minutos y los otros 20 son de silencio absoluto (el Vacío)…


Yves Klein representando su ejecución de La Sinfonía Monotónica.

Esta composición inspiró tres años después a otro músico, John Cage, quien en 1952, creó la pieza 4´33”, una melodía de silencio absoluto, creada para cualquier instrumento, y en donde el músico se coloca frente a su instrumento y por 4 minutos y 33 segundos sólo observa su partitura en blanco ante un público confundido y nervioso, luego se pone de pie y se retira. El objetivo de la obra en sí es el escuchar los sonidos del ambiente que se ahogan normalmente en una ejecución musical tradicional.


Luego de su brillante composición Sinfonía Monotónica, Yves Klein publica un libro de estampas pintadas por él de distintas ciudades europeas en las cuales ha estado y convivido, Yves Peintures. En ésta publicación Klein representa a cada ciudad con un color, creando así láminas monocromáticas de cada una, según sus sentimientos hacia ellas. Este experimento editorial luego lo va a trasladar al lienzo, pero no como uno podría imaginarse en pequeña escala, no, a gran escala, siempre pensando en grande, a todo grito y una y otra vez, utilizando sus tres colores favoritos: rojo, dorado y azul.

Yves Peintures, publicado en 1954

No hay que ser románticos con el proyecto de éste gran artista, para su época, y por muchos años, casi nadie entendió lo que Yves Klein estaba haciendo. Sus exposiciones de lienzos todos del mismo formato y con monocromías individuales, la gente lo interpretó como un mosaico de un todo y no como un objeto en sí, en la que cada cuadro, según él, es individual. Esto lo hizo reflexionar y dar un paso aún más osado, de ahora en adelante, en cada exposición sólo va a utilizar un solo color: el Azul, al que, como dije antes registró como International Klein Blue 191 (IKB 191), mejor conocido como Azul Klein. Y algo poco conocido y anecdótico, para enviar las invitaciones de sus primeras exposiciones, Yves Klein pintó unas estampillas en azul y convenció al correo postal francés para que enviara los sobres, institucionalizando así su concepto.

Invitación con estampilla creada por Yves Klein

Ahora, bajo ésta nueva aproximación, algunos entendidos comenzaron a captar lo que Yves Klein intentaba expresar. No de inmediato, pero si poco a poco.

Exposición Monocromática

En su constante experimentación él intervenía posteriormente su obra monocromática, con agua, fuego o ácidos, para poder generar distintas texturas y tonalidades. Incluso agregando objetos, como las esponjas a sus cuadros y luego pintándolas todo de azul, o rojo, o dorado.

En sus constantes experimentaciones, Yves Klein prueba con todo, incluso fuego.

Debido a que Yves Klein nunca fue estático, siempre tiene la necesidad de reinventarse, en 1960 decide hacer un Performance e invita a una noche de gala a un grupo de personas a las que sienta en una sala, y él allí, en el medio, dirigiendo, no sólo a una orquesta que toca su Sinfonía Monotónica, sino a dos asistentes femeninas, con sus cuerpos totalmente desnudos, quienes se van pintando en azul para luego estampar sus figuras en los lienzos dispuestos en el espacio. Este revolucionario Performance y su resultado pictórico lo llamó Antropometrías.
Yves Klein, Antropometrías, 1960
Galería Internacional de Arte Contemporáneo de París

La vida de éste polifacético artista francés fue corta pero no efímera. Logró en sus 34 años lo que muchos nunca logran en toda una larga vida: dejar huella. Con el paso de los años y a un poco más de 50 años de su muerte, el legado de Yves Klein se ha ido consolidando y cada vez suma más adeptos, lo que nos da a entender que él estaba muy adelantado para su época.

Parte del resultado del performance de Antropometrías, 1960


 Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
 

jueves, 8 de octubre de 2015

Emmeline Pankhurst la sufragista


La británica Emmeline Pankhurst, ama de casa con cinco hijos, forma en Inglaterra La Unión política y social de las mujeres (WSPU, por sus siglas en inglés), una organización sufragista que buscaba conseguir el derecho al voto de las mujeres. El eslogan de éste movimiento era “Acciones no Palabras”.

El WSPU no fue el único movimiento sufragista femenino, pero sí el más radical.

Ella nunca olvidó las palabras de su esposo quien la inspiró a lo largo de los años: “¿Por qué no nos fuerzan a que les demos el voto? ¿Por qué ustedes no nos arañan los ojos?” El grupo salió a las calles no de forma pacífica, marchando o entregando volantes, sino agrediendo a la autoridad, rompiendo ventanas e incluso incendiando locales.

En 1913 Emily Davison se lanza sobre el caballo perteneciente al rey Jorge V
en un intento por llamar la atención, pero todo le sale mal y es aplastada  y
pierde la vida. El jockey, Herbert Jones, sufre heridas pero se recupera.

Tras cada protesta violenta, las sufragistas involucradas son arrestadas, buscando de ésta manera cobertura mediática y logrando proyectar su causa más allá de Londres.

Emmeline en total fue arrestada siete veces, incluso golpeando a oficiales
para asegurarse el arresto. Luego en la cárcel se resistían a comer, teniendo
que ser alimentadas a la fuerza.

Muchas de las sufragistas, en su estancia en la cárcel, entraban en huelga de hambre, para dramatizar su causa, pero el gobierno ordenó la alimentación forzada.



Por años estas tácticas fueron muy criticadas y fraccionó a la familia: Sus tres hijas apoyaban la causa pero criticaban el método.

Emmeline junto a sus hijas Christabel y Silvia.

Con el inicio de La Primera Guerra Mundial, Emmeline modificó su estrategia y apoyó al gobierno británico, ya que por ahora la lucha era en contra de un enemigo común: los alemanes. Su principal aporte durante éste período fue el de incentivar a las mujeres a colaborar con la producción industrial, transformándolas de Amas de Casa pasivas a fuerza de trabajo activa.



En 1918, al finalizar la guerra, Gran Bretaña finalmente decide otorgar el voto a las mujeres, pero con una importante diferencia con respecto a los hombres: la diferencia de edad. Ellos a los 21 y ellas a los 30. El objetivo político era el compensar el inmenso número de hombres muertos durante la guerra, 826.746, y equilibrar el poder de decisión de las mujeres.

La película Suffragette (2015), protagonizada por Meryl Streep, Carey Mulligan  y Helena Bonham Carter, a estrenarse el 12 de octubre, narra las luchas por el derecho al voto femenino.

 
En diciembre del 2015 las mujeres en Arabia Saudita podrán finalmente votar y ejercer cargo político, transformándose así éste país, en uno de los últimos en dar derecho al voto.
 


En 1917 Canadá le otorgan el derecho a la mujer para votar, siendo así el primer país en América de concederlo. Luego lo hace Estados Unidos en 1920, Uruguay en 1927, Ecuador en 1929; Brasil en 1932; Cuba en 1934; Bolivia en 1938; El Salvador en 1939; Panamá en 1941; República Dominicana en 1942; Jamaica en 1944; Guatemala y Venezuela en 1946; Argentina en 1947; Chile y Costa Rica en 1949; Haití en 1950; Bolivia en 1952; México en 1953; Colombia en 1954; Honduras, Nicaragua y Perú en 1955 y Paraguay en 1961.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
 

miércoles, 26 de agosto de 2015

El Primer Concilio de Nicea


El emperador Constantino I es ahora amo absoluto de toda Roma y en ésta época eso no es nada fácil, teniendo en cuenta que el imperio rodea la totalidad del Mar Mediterráneo y se extiende tierra adentro cruzando el Canal de la Mancha hasta Inglaterra, alrededor de 6.500.000 Km2, kilómetros más kilómetros menos. Tierra de muchas idiosincrasias, culturas, ancestrales rivalidades y ambiciones particulares. El emperador Constantino I en su búsqueda de puntos de unión nota, a diferencia de su antecesor Dioclesiano, que el Cristianismo se ha extendido por todo el territorio y es lo único que en verdad tienen todos en común, así que en el año 313 firma El Edicto de Milán y otorga libertad de culto a los muy perseguidos cristianos. Finalmente, ésta secta religiosa, después de 250 años de reiteradas persecuciones, 10 de las cuales muy sangrientas, se pueden expresar, construir lugares de culto y sumar más adeptos, para transformarse en la religión oficial del imperio. 

Las manchas azul oscuro representan la influencia cristiana
para el momento de la realización del Concilio.

Pero existe un problema técnico, la aproximación a Cristo tiene muchas, muchísimas vertientes distintas, cada obispo de cada zona tiene una visión distinta al cómo interpretar las escrituras y la razón es que cada uno de ellos, generación tras generación, aislados como estaban, generaron una religión que se adaptaba a sus realidades particulares, ya fuesen geográficas o culturales, ahora en el ámbito global, esa diferencias le generaban al emperador un conflicto de base, hay que conciliar posiciones, el camino debe de ser uno y las pautas, a las necesidades políticas del imperio, las va a generar él, el emperador, convocando el 20 de mayo del año 325 dC a una reunión de obispos de todos los recónditos del territorio. En la historia éste evento se va a conocer como El Primer Concilio de Nicea.

Presencia de Constantino I en el Concilio
Fresco en los aposentos papales en el Museo del Vaticano

Para el evento asistieron alrededor de 300 obispos, teniendo en cuenta que hace mil setecientos años el trasladarse de un lugar a otro no era tan sencillo y se escogió la ciudad de Nicea, hoy en Turquía, porque allí estaba el Palacio de Verano del emperador y el desarrollo y la conclusión final del concilio para él era de suma importancia. No sólo asistió a todas las reuniones, sino que dio las pautas finales, algo así como esto es lo que se tiene que aprobar y dejó que los obispos adeptos a sus políticas se sintieran “autónomos”. El punto de inflexión son dos posiciones encontradas: los que veían en Jesús las dos naturalezas, la humana y la divina, en sí Dios, al haber sido engendrado por él a través de María, y los que veían a Jesús como una creación de Dios, con lo que no lo convierte en un dios, sino en un mensajero de su palabra divina, posición que defendió apasionadamente el presbítero Arrio y cuya visión se conoce como arrianismo. A Constantino I le conviene más la visión de las Dos Naturalezas, por ende la que Jesús es hijo de Dios.

A lo largo de dos meses de intensos debates el tópico en cuestión, la verdadera naturaleza de Jesús, se va definiendo, a veces incluso con violencia, cuando por ejemplo el obispo Nicolás de Bari (hoy san Nicolás, el que reparte los regalos en diciembre) golpea en la cara a Arrio, quien a pesar de ser minoría en éste concilio, defendía su causa con pasión. Al final el resultado fue conveniente para el emperador y Arrio fue considerado hereje, perseguido, su obra destruida y eventualmente olvidado, al menos por la religión cristiana, no tanto por la islámica (300 años a la fecha).

El presbítero Arrio abajo en el centro condenado como hereje.

Para concretar la decisión se redacta un credo, El Credo que hoy conocemos y rezamos, en donde se hace énfasis en las dos naturalezas de Jesucristo (Jesús hombre, Cristo divino) en el que es engendrado y no creado,

“…Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre…”

El emperador Constantino I está satisfecho y el resultado va a ser divulgado e impuesto en todo el imperio, pero lo que no previeron con éste dogma fue el que en una religión que se dice ser monoteísta ahora estaba conformada por DOS entidades divinas: el Padre y el Hijo, y si además le sumamos el Espíritu Santo... Razón por la cual se habrán de realizar muchos otros concilios para unificar criterios, de los cuales hablaremos en otras oportunidades.

Constantino I en el centro sosteniendo el texto del Credo

 Otros puntos que se definieron en el Primer Concilio de Nicea:
  • La prohibición de la auto castración.
  • El reconocimiento por parte de cada provincia respectiva de las autoridades supremas: el Patriarca de Alejandría, el Patriarca de Antioquía y el Papa de Roma (decisión que a futuro fracturará a la Iglesia de occidente y oriente).
  • La prohibición de destituir a los sacerdotes.
  • La necesidad de la presencia de un obispo o un presbítero al momento de la eucaristía.
  • Etc.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

jueves, 9 de julio de 2015

Las Señoritas de Aviñón de Pablo Picasso


Las Señoritas de Aviñón no fue el nombre original de una de las obras más famosas del artista español Pablo Picasso,  y más aun, el nombre no fue impuesto por él, ni tampoco le gustó, pero se tuvo que resignar. 


Las señoritas de Aviñón (1907)
Museo de Arte Moderno (MOMA), Nueva York

El título original se generó en los "Petit Comités" que Picasso organizaba en su taller y se especula sobre la posibilidad de haber sido por la colaboración, no de uno, sino de dos o incluso tres de sus invitados: Las señoritas de Avinyó, fue el título escogido, pero más allá de un restringido número de entusiastas, nadie más sabe que Avinyó es el nombre de una calle en Barcelona, España, en la que las mujeres se exhiben y se venden, con lo que las convierte en prostitutas. Con el tiempo y gracias a ese desconocimiento se transformó en Aviñón, ciudad francesa que fue por 70 años sede papal durante el siglo XIV. A Picasso le gustaba Las prostitutas de Avinyó, pero para 1907, ese nombre era muy sugerente y escandaloso para una población que aparentaba ser conservadora, si además le sumamos lo polémica que fue... Al principio a casi nadie le gustó, ni siquiera a sus amigos íntimos, sólo algunos pocos fueron condescendientes, le dieron unas palmaditas en la espalda y le sonrieron. Es en esos momentos en donde los grandes se destacan sobre los comunes, hoy en día es considerada una de las pinturas más importantes del siglo XX.
Es una obra muy difícil de clasificar; la mayoría la cataloga como el primer cuadro del período cubista, lo que es un error, ya que para la fecha de su elaboración (1907), Picasso, a sus 26 años, ya estaba en la transición entre el período Rosa y el período Negro, pero aun lejos del cubismo. El término "Negro" es debido a la influencia tribal proveniente de África y en la que se observa claramente en los dos rostros, a la izquierda de la composición, los cuales fueron repintados por él. 
 


Abajo podemos apreciar algunos de los bocetos en el que las caras tienen facciones tradicionales, al menos desde el punto de vista de nuestro artista y en donde se aprecia con toda claridad que de un burdel se trataba. 

 
Carbón sobre papel
Pastel sobre papel

Acuarela sobre papel

Las Señoritas de Aviñón son una ruptura definitiva entre el arte realista y las vanguardias que han de venir, por su falta de perspectiva y síntesis angular en la representación de las cinco "señoritas". Pero fue el punto de partida entre la rivalidad de Pablo Picasso y Henri Matisse, quien vio en ésta pintura una influencia directa con su obra La alegría de vivir (c. 1906), en base al manejo compositivo de las figuras femeninas. 


La alegría de vivir (c. 1906) Henri Matisse
Barnes Foundation, Pensilvania, Estados Unidos

Esa "enemistad" entre los dos se mantuvo implícita hasta los últimos años de vida de Matisse. Ya decía Picasso "el que más conoce mi obra es Matisse y yo la de él". 

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
 

sábado, 27 de junio de 2015

George della Tour


El tramposo y el as de diamantes

Si miramos el cuadro a simple vista podemos observar a un grupo de personas jugando cartas y rápidamente notamos que uno de los jugadores está haciendo trampa, pero no nos vanagloriemos, el nombre de la obra también nos lo sugiere, así que hasta ese momento no hay ningún mérito para nosotros.

El tramposo y el as de diamantes (106 cm x 146 cm)
George de La Tour, 1635, Museo del Louvre, París

Hay que fijarse mejor, en los detalles, en lo que la obra infiere, en las miradas. La clave del cuadro está en los ojos de sus protagonistas y en las expresiones faciales, muy sutiles, pero presentes.

El artista francés George de La Tour pinta éste cuadro en el año 1635 y a pesar que aun existe mucha demanda por los temas religiosos, en los cuales se especializó y destacó, desarrolla también series de pinturas de carácter mundano y de temas con personajes de dudosa reputación para clientes particulares. Su obra se podría definir como un dinamismo estático. La acción ocurre, sus personajes no posan, pero es pasiva, de detalles, de miradas, de efectos de luz. Aunque George de La Tour está catalogado como un artista de estilo Tenebrista, está obra, El tramposo con el as de diamantes, es, como ya dije antes, mundana.

Habiendo tenido tiempo de fijarnos mejor captamos el drama de la escena; no sólo hay un tramposo, éste también tiene sus cómplices. A simple vista podríamos pensar que la víctima es el personaje colocado a la derecha, ataviado con finos ropajes, quien mira fijamente sus cartas...




... pero al analizar su rostro notamos que su mirada es esquiva, más bien expresándonos complicidad. ¿Pero con quién?





Si nos dirigimos al centro captamos que la muchacha que sirve el vino lo observa a él, razón por la cual, para no delatarse, evade el contacto visual.



Entonces la involucramos a ella también, dejándonos como única víctima a la mujer que está sentada en el centro. Ella sospecha algo, por su expresión seria y su mirada capciosa, pero aun no está segura de quien la intenta engañar.



Otra pista que nos indica, el quién de todos los personajes, es la víctima, es la copa de vino. La mujer del centro es la única que está bebiendo, al muy buen estilo de Las Vegas; alcoholizar al jugador a quien le quieres quitar el dinero.



Pero hay más, nosotros los espectadores también somos cómplices, el tramposo nos está mirando a nosotros y ninguno alerta a la mujer que está siendo robada.



Si se nos presenta la oportunidad de ver éste cuadro en el Museo del Louvre es muy probable que estemos tan agotados que no nos fijemos en nada, lastimosamente, pero es una de esas obras dignas de ser analizada.
De ésta pintura existe otra versión del mismo artista en el Museo de Arte Kimbell en Fort Worth, Texas y es muy parecido y con el mismo trasfondo, pero con sutiles diferencias. Te reto a que observes ambos y dilucides cuales son.

El tramposo y el as de espadas
George de La Tour
Museo de Arte Kimbell, Fort Worth, Texas

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
 

sábado, 13 de junio de 2015

La fantástica obra de Jean Tinguely


La carrera artística de éste interesante personaje se desarrolla a partir de la década de los 50, la postguerra y la Guerra Fría, y como testigos de tanta destrucción y tensión, el cinetismo (arte en movimiento) es el camino correcto. Su obra es dinámica, colorida y ruidosa, una mezcla caótica de objetos cotidianos ensamblados de tal forma que nos crean algo nuevo, desconocido, abstracto, pero a diferencia de los norteamericanos, los europeos, en su mayoría, siempre se han expresado de manera figurativa, exponiéndonos algo desconocido pero con forma y cuerpo sustentado, algo inédito, pero que podríamos eventualmente entender.
 

Caos I (1971), The Commons, ciudad de Columbia, Indiana, EEUU.

En el boceto se puede notar claramente la intención del artista por
la dinámica de la obra.

La irreverencia artística está en romper con todo lo establecido sólo por el deseo de hacerlo y el crear una forma de expresión artística que es crítica de la nueva idiosincrasia social, el consumismo, y autodestruir la obra misma como epítome de ese inconformismo. Ese es Jean Tinguely, un artista incomprendido por el grueso de la población, pero, si su inspiración es la vanguardia dadaísta, ese es el objetivo. Homenaje a Nueva York (1960) fue la primera aproximación a una pieza que se autodestruye y a pesar que no lo logró en su totalidad, consolidó su visión del Mundo.
  

Homenaje a Nueva York (1960) en proceso de autodestrucción, por Jean Tinguely
Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA)

El éxito llegó dos años después en el desierto de Nevada, muy cerca de la ciudad de Las Vegas, cuando Estudio número 2 para el fin del Mundo le hace honor al título.
  

Estudio número 2 para el fin del Mundo (1962)
Destruida con éxito en el desierto de Nevada por Jean Tinguely
 
Una vez superada la expresión "dramática" de sus creaciones, se dedica a construir piezas a escala monumental, objetos con movimientos continuo. A esta manera de crear esculturas dinámicas se le acuñó un nombre, “metamecánica”, sólo para él. Habiendo logrado con éxito expresar ya su inconformidad al desmesurado consumismo, a su estilo tan particular, destruyendo sus propias creaciones… avanza con la época, el mundo en que vivimos; un artista también tiene que comer, pero sin perder el enfoque.
  

Tinguely en su taller analizando una maqueta (1964)


Jean Tinguely nace en Frigurgo Suiza, pero desarrolló su carrera en Francia y con el apoyo de su primera esposa Eva Aeppli, pero con quien complementa su visión artística fue con su segunda esposa, Niki de Saint Phalle, la combinación perfecta.
  

La pareja colabora entre si intensamente.

Muchas de sus colecciones están esparcidas en plazas y parques, por ejemplo La Fuente Stravinsky en las afueras del Museo Pompidou, en París, pieza que hizo con la invaluable colaboración de su esposa Niki de Saint Phalle y además del tradicional dinamismo también incluye el agua, una atracción inmediata para los niños, que sin considerar los tabúes sociales, se meten en la fuente a jugar, hasta que los sacan los padres o los de seguridad, sin considerar que el objetivo primordial de la obra es lúdico.
  

Fuente Stravinsky (1983), París
  
Boceto para el diseño de la Fuente Stravinsky
Museo Tinguely, Basel, Suiza

Y eso pasa en casi todos los museos que poseen piezas de Jean Tinguely, la mayoría de ellas activas, pero las tienen desenchufadas: estáticas y mudas, alejando del público nuevo la verdadera intensión y objeto de la creación.
Jean Tinguely muere en 1991 en la ciudad de Berna, poco después de inaugurar la pieza "Luminator", actualmente en el EuroAirport de Basel, Suiza

"Luminator" (1991)
Donada por el banco UBS al Museo Tinguely, Basel, Suiza
Expuesta en la actualidad, hasta el 2014, en el EuroAirport,
Basel, Suiza


Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
 

miércoles, 3 de junio de 2015

La obra de Gustave Courbet


El término artístico del Realismo fue acuñado por Gustave Courbet y su objetivo era el de representar en el arte la realidad cotidiana, sin artilugios, sin modificaciones, sin resaltar elementos simbólicos, en sí, pintar lo que se ve y como se ve, eso incluye el incorporar a los olvidados, la otra realidad, la social, por lo general excluidos del protagonismo pictórico, siempre en un segundo plano. Las razones para tomar éste paso en la pintura fueron: la revolución de 1848 en contra de la opresión monárquica y la invención de la fotografía. La cámara no es excluyente, en la imagen aparece lo que está, el fotógrafo escoger el ángulo y la composición, pero lo que esté allí queda. Eso mismo harán los realistas.


Autorretrato, "El hombre desesperado" (detalle), 1845
Colección Privada


El “realismo social” de las clases trabajadoras siempre ha estado allí, pero la burguesía se había empeñado, hasta ese momento, en ignorarlo, ahora se preocupa, participa, apoya las causas y le otorga el protagonismo que se merece, aceptando la existencia de la vida ordinaria.

"Los picadores de piedra", 1849
Destruido durante el bombardeo aliado sobre Dresden en La Segunda Guerra Mundial


Y para los realistas su “enemigo” artístico es lo que al momento está de moda y aun se aferra por perdurar, el Romanticismo. Este movimiento evoca remembranzas de un pasado que se añora con nostalgia, por lo general dramático, apasionado y para lograrlo se deben de usar recursos visuales ficticios, intensos, casi siempre irreales, creados. Entonces Gustave Courbet es el primero en presentarnos ésta “realidad” simple e intenta educar a un público aun aferrado al pasado, a los convencionalismos, a la moda. Por lo general nosotros, los contemporáneos, vemos un pasado específico con la memoria de la actualidad, sabiendo lo que ocurrió después y todo lo demás que se generó en consecuencia, pero hay que proyectarse en el momento, en ese instante y dejarse sorprender por lo que se plantea y evaluar si lo que vemos tiene la importancia que se merece.  


"Después de la cena en Ornans", 1849
Museo de Bellas artes de Lille, Francia

Desde siempre Gustave Courbet ha luchado en contra de las influencias externas existentes en la música, la literatura, el arte, en sí, todo a nuestro alrededor, buscando un estilo propio, no recorrido por nadie, pero con la intención de dejar huella, ser reconocido y a futuro, imitado.

"El encuentro", 1854
Esta obra está inspirada en El judío errante, pero fue muy criticada
por la crudeza de su composición y rebautizada como "Buenos días señor Courbet"
Museo de Fabre, Montpellier, Francia

 Pero para un hombre que no desea convencionalismos se afanó en participar en el Salón Oficial de París y al ganar la medalla de oro, podía seguir participando sin tener que ser seleccionado por un jurado, utilizando el escándalo de pintor rebelde como publicidad implícita para su obra, atrayendo a un público deseoso de ser testigo de las irreverencias del artista.

"El entierro en Ornans", 1850
En ésta inmensa obra de 314 x 660 cms, el tema es irrelevante
para el tamaño exagerado del cuadro.
Museo D´Orsay, París

Ahora con audiencia para su obra, toma riesgos antes impensados, en el que destaca la escala de sus cuadros, pintando escenas cotidianas en formatos inmensos, que antes estaban reservados a temas épicos o históricos, pero el público no es predecible y a veces es muy sugestionable, como lo demostró durante el episodio de la Exposición Universal de París de 1855, cuando, por razones de espacio, tres de sus gigantescos cuadros fueron rechazados. Courbet ofendido, decide desafiar a los organizadores y montar él su propia exposición a la que llamó “El Pabellón del Realismo”. Este desafío le generó la admiración de otros pintores, incluso los románticos (Eugéne Delacroix), que vieron en él a un auténtico revolucionario por la lucha de la independencia artística, pero no obtuvo del público, su público, la reacción deseada, al menos en el momento.

"El estudio del Artista", 1855 (359 x 598 cms.)
En la composición de éste cuadro Courbet coloca estratégicamente
a sus amigos a la derecha y a sus opositores a la izquierda, como en efecto
aparece el emperador Napoleón III.
Museo D´Orsay, Paris

 Esta independencia artística le brindó la libertad de pintar temas álgidos, polémicos, intensamente eróticos, rayando en lo pornográfico, que crearon controversia e incluso un incidente policial. Algunas de estas obras permanecieron ocultas al público hasta finales del siglo XX.

El origen del Mundo, 1866. Gustave Courbet
Esta pintura nunca fue exhibida hasta 1998
Museo D´Orsay, París

Con el paso del tiempo Gustave Courbet se transformó en una figura pública enfrentada al régimen autoritario del emperador Napoleón III, al que él llamaba usurpador. Ante la creciente impopularidad política existente en Francia, Napoleón III intenta aplacar a los críticos de su gobierno con reconocimientos públicos y prebendas. Muchos se dejaron seducir pero cuando a Courbet le ofrecen la más alta condecoración, la medalla de La Legión de Honor, en “reconocimiento” a su trayectoria artística y la rechaza, genera de inmediato la furia gubernamental, pero sus seguidores y el pueblo en general lo elevan, de forma simbólica, a héroe nacional.

Pero su creciente radicalismo en los sucesos tras la abdicación de Napoleón III en 1871 y el resurgimiento de las Comunas Parisinas y sus excesos, en la que él ordenó desmantelar y tumbar la Columna de Vendôme, lo obligan a auto exiliarse en Suiza para evitar la quiebra financiera por los costos relacionados a la reconstrucción del monumento caído, 323.091,68 francos pagaderos a una rata anual de 10.000 francos por 30 años, cuando cumpliese los 91 años de edad, pero muere en 1877, antes de tener siquiera que pagar la primera cuota, de cirrosis hepática a los 58 años.

Una nueva generación de artistas va a tomar la propuesta artística de Gustave Courbet como punto de partida y de allí en adelante revolucionar, a su manera, la percepción del mundo en el que viven; ellos son los impresionistas.

Unos años antes de morir Gustave Courbet dijo, “Tengo 50 años y siempre he vivido en libertad; permítanme finalizar mí vida libre; cuando esté muerto que esto se diga de mí: no pertenecí a ninguna escuela, a ninguna iglesia, a ninguna institución, a ninguna academia, menos aun a ningún régimen excepto el régimen de mí libertad”.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi