Por casi la mitad
de su vida Dante añoró el poder
regresar a su amada Florencia, pero los factores políticos estaban en su contra
y su cabeza tenía un precio, así que se vio en la obligación de llevar una vida
errante, viviendo casi de la misericordia ajena, pero si su vida hubiese sido
otra, el nombre de Dante para la
gran mayoría de nosotros a lo largo de siete siglos, y de los que habrán de
venir, no significaría nada, y su legado literario hubiese sido nulo, ya que
fue gracias al resentimiento personal sufrido por el exilio, lo que brotó
todo ese veneno que plasmó en su obra maestra: La Divina Comedia.
Detalle de la escultura de Dante Alighieri, laureado. Plaza de Santa Croce, Florencia, Italia |
A diferencia de
todo lo que nos podemos imaginar, Italia, la que habrá de ser la cuna de El Renacimiento, en esa época era un
torbellino de pasiones políticas, de intrigas y enfrentamientos bélicos, y no
el lugar idílico en donde los poetas y artistas, con la divinidad de Apolo y
sus Musas, se inspiraban y creaban obras inmortales. Era un caldero de
conflictos e intereses, en donde tres fuerzas rivalizaban sanguinariamente por
el control de la península, que una vez fuera el corazón del Gran Imperio Romano: El Sacro Imperio
Romano, La Iglesia
Católica y Las Ciudades Estado. Éstas Ciudades Estado o Burgos eran comunas
libres, independientes, pequeñas Repúblicas, que buscaban aumentar su área de
influencia política y económica, apoyando, ya fuese al papa (los güelfos) o al
emperador (los gibelinos).
Rivales antagónicos
e irreconciliables. El enfrentamiento entre éstas dos fuerzas, papa vs. Emperador,
busca afianzar el poder terrenal a costa de los débiles. Esta lucha, muchas
veces sin cuartel, va a generar otra fuerza aún más poderosa que terminará por
controlar a las dos y creará enfrentamientos propios: las monarquías absolutas.
Italia en 1328, en la que se generaliza las dos grandes fuerzas rivales: El Sacro Imperio Romano y los Estados Papales. Fuente: Wikipedia |
Para la época de Dante Alighieri, la fuerza política que
rige a la ciudad de Florencia es la güelfa, partidarios de la Iglesia, y él es
uno de sus priores, pero las circunstancias y los puntos de vista encontrados en
ese momento, dividen al poderoso partido, en los negros (negri) y en los blancos
(bianchi), éste último con tendencia gibelina, al que se adhiere Dante, apoyando al emperador alemán
Enrique IV por encima del papa, al que él detesta, Bonifacio VIII.
La gran rivalidad entre el Sacro Emperador Romano, Enrique IV y el papa Bonifacio VIII |
Alrededor de sus
treinta años Dante se casó con Gemma
di Manetto Donati, perteneciente a la nobleza florentina y cuya familia estaba
muy involucrada en la política y que con los años serán sus enemigos, al él
abogar, por las libertades comunales, en contra de la injerencia del papado
sobre su ciudad con la pretensión de convertirla en parte de Los Estados Pontificios. Ese hecho debe
de haber socavado aún más la relación que él tuvo con su esposa, razón por la
cual nunca la nombrará en sus escritos, a diferencia de a la bella Beatriz, su
musa, su alma gemela, su amor platónico, a la que le dedica todo un libro: Vita
Nuova. “La gloriosa dueña de su alma”, que lo cautivó cuando la vio por primera
vez, teniendo él, tan sólo 9 años de edad. Tuvo que esperar nueve años más para
volvérsela a encontrar y ésta vez, ella le devolvió el saludo.
El encuentro platónico entre "Dante y Beatriz" El puente en el fondo se llama La Trinidad y es mejor conocido como Puente Viejo, por ser el más antiguo de la ciudad. Autor: Henry Holiday, 1883 Walker Art Gallery, Liverpool, Inglaterra |
La tercera vez que
la vio fue en la iglesia y todos pensaron que la atenta mirada de Dante estaba dirigida a otra muchacha y
no en Beatriz. El le escribió varias poesías que nunca fueron correspondidas y
poco después ella contrajo matrimonio, muriendo cuatro años después, en 1291. Dante quedó desvastado. Él la
inmortaliza en la tercera parte de su trilogía, El Paraíso, de la Divina Comedia , obra que
seguramente nunca hubiese escrito de no haber sido expulsado de Florencia y
cuya primera intención, al escribirla, no fue la de glorificar a su bella amada,
sino condenar, en El Infierno, a todos sus enemigos, entre ellos a la familia
de su esposa, al papa y a vivos o muertos que distaran de su visión política.
Fresco de "Dante" Autor: Luca Signorelli, siglo XVI Capilla de San Brizio, Orvieto, Italia |
"Dante y Beatriz en el Paraíso" Autor: Cristóbal Rojas, 1889 Galería de Arte Nacional, Caracas, Venezuela |
Para muchos
expertos, ésta novela es la obra cumbre del período hoy conocido como Edad Media y por esa razón también se puede
considerar la primera gran novela de la modernidad, la que logra el quiebre
entre el pasado y el futuro.
Cenotafio de Dante en la Iglesia de Santa Croce en Florencia, Italia. Su cuerpo descansa en la ciudad de Ravenna, en donde murió. |
Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
Wowwww.. me encanto.. lei La Divina Comedia hace mucho.. me encanto tu escrito!!
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