miércoles, 3 de julio de 2013

La exótica pasión de Gilles de Rais


La corta vida de éste curioso y macabro personaje de 36 años, no está falta de intensas emociones, algunas ganadas por derechos hereditarios, por méritos militares y otras en cambio por codicia y placer sexual.

"Gilles de Rais, acompañante de Juana de Arco"
Autor: Éloi Firmin Féron
Palacio de Versalles, Francia

Gilles de Laval, barón de Rais era hijo de una de las familias más ricas y poderosas de Francia, que a los once años hereda la gran fortuna para incrementarla aun más cinco años después, al desposar a su prima Catalina de Thouars. Pero no es el patrimonio monetario y territorial lo que lo hace importante, sino su amistad con el Delfín Carlos, futuro rey Carlos VII de Francia, que le encarga la tarea de acompañar a Juana de Arco en las batallas que libraría en contra de los ingleses. Gilles, en un principio, menosprecia a la joven niña de 17 años que ahora lideraba un ejército, pero el arrojo, valentía y fe, que ella emana, transforma su relación a un idilio secreto.

"Juana de Arco en la coronación del rey Carlos VII"
Autor: Jean Auguste Dominique Ingres, 1854
Museo del Louvre, París, Francia

En gratitud por los éxitos obtenidos, el ahora rey Carlos VII, le otorga a Gilles de Rais el título de Mariscal de Francia, pero no todo se desarrolló como se esperaba; Juana de Arco es arrestada y enjuiciada en la ciudad de Rouen por herejía; condenada y quemada viva en la hoguera. Este cambio súbito en los  acontecimientos afectó sobremanera al joven mariscal, que en vano intentó rescatarla, pero fue inútil, y el rey al que ella ayudó a ser coronado, no realizó ningún esfuerzo por evitar su trágico fin. Teniendo eso en cuenta y considerando que la “pureza” había desaparecido, Gilles en actitud desesperada, se separó de su esposa y se negó a tener contacto sexual con otra mujer, encerrándose en su castillo de Tiffauges.

"Carlos VII de Francia"
Autor: Jean Fouquet, c. 1450
Museo de Louvre, París, Francia

En los años sucesivos despilfarró con desdén gran parte de su fortuna en fiestas y banquetes, hasta que las mermadas finanzas lo obligaron a “sentar” cabeza. No habiendo obtenido nunca, dinero por esfuerzo o trabajo, busca y financia a los grandes alquimistas de Europa para conseguir la Piedra Filosofal; el oro alquímico, que en la creencia de muchos, es material, pero que en realidad es espiritual. Gilles lo anhelaba, pero su aventura financiera en vez de traerle riquezas le trajo más deudas, obligándolo a vender incluso algunas de sus  propiedades.

Se deshizo de la mayoría de los alquimistas y sólo se quedó rodeado por algunos, que le sugerían, que el oro que necesitaba se lo podía proveer el mismísimo Diablo.




Gilles de Rais, a pesar de su necesidad monetaria, era un hombre de profunda convicción religiosa y decide hacer el pacto con el Diablo, pero dándole a cambio propiedades, nunca su preciada alma, que era sólo de Dios. De hecho, en las escrituras del castillo de Tiffauges aparece como titular del mismo Satanás, al dárselo en testamento, por los favores a ser concedidos.

Castillo de Tiffauges en Los Países del Loire, Francia

El ritual necesario, que se le sugirió, para conseguir el oro, era a través del sacrificio humano de un niño, al que se le sacó el corazón, los ojos y la sangre, pero nada brilló con la muerte de éste joven, excepto el placer erótico experimentado por Gilles, con la necrofilia sodomita.

Ilustración contemporánea, alegórica a los asesinatos.

De allí en adelante y como se podría esperar de un hombre con su poder, los niños aledaños a su castillo en Nantes, comenzaron a desaparecer y las muertes, por medio de torturas, satisfacían los placeres carnales de Gilles, antes un gran héroe, ahora un asesino en serie. Nada lo satisfacía más que jugar con las cabezas decapitadas, realizando concursos de belleza y rodeándose de ellas para poder dormir en las noches.

Los habitantes atemorizados acuden al antiguo enemigo de éste, el duque de Bretaña y hacen la denuncia. Cuando finalmente fue arrestado, encontraron al menos 50 cuerpos mutilados en su castillo, pero él, incluso bajo tortura lo negaba todo, hasta que se le amenazó con la excomunión; siendo él un católico muy devoto, confiesa toda su perversión en detalle. Se le adjudican en total casi 300 muertes.

El mismo rey Carlos VII aprobó su ejecución y fue ahorcado el 26 de octubre de 1440.

Ejecución de Gilles de Rais.
Algunos historiadores aun consideran que el personaje
es inocente y han intentado limpiar su nombre.

Irónicamente su cuerpo descansa en la iglesia de las carmelitas en Nantes.

Gilles de Rais aparece reflejado en la película El Mensajero: La historia de Juana de Arco, dirigida por Luc Besson y protagonizada por Milla Jovovich, John Malcovich y Vincent Cassel como Gilles.

El actor Vincent Cassel como el Mariscal de Francia, Gilles de Rais.


Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

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