lunes, 8 de julio de 2013

La reconquista del reino de Granada


Han pasado ya muchos años, desde que los bérberos, al mando del una vez esclavo Tarik, cruzaron el estrecho de Gibraltar y comenzaron la conquista islámica de la península ibérica. Corre el año, 710 e Hispania, que significa “Tierra de Conejos”, vive momentos convulsionados y confusos, el joven rey visigodo, Witiza, tiene dos hijos: Agila y Roderic, la capital está en el medio del reino, en la ciudad de Toledo y como es tradicional, el que hereda es el primogénito, a lo que deja a Roderic segundo en la línea sucesoria. Los nobles y aristócratas toman partido y muchos apoyan al segundo hijo, pero de seguro, en el desespero de agilizar la herencia, se crea una revuelta en la que el mismísimo rey es asesinado y más de la mitad del territorio queda bajo el dominio absoluto del ahora rey usurpador, Roderic.

Vista satelital del Estrecho de Gibraltar. A la izquierda España, a la derecha Marruecos,
en el extremo inferior izquierdo el Océano Atlántico y en el superior derecho el Mar Mediterráneo.

Al año siguiente, 711, su hermano mayor y verdadero heredero, Agila, en el desespero, hace un trato con los bérberos de Marruecos para que “invadan” el sur del territorio y ante la “amenaza”, ambos hermanos deben luchar unidos. El ejército de Roderic es abandonado sólo en la batalla y tras su desaparición, Agila se convierte en el amo absoluto del territorio, pero la fuerzas islámicas, al mando de Tarik, no cumplen su parte del trato y aprovechan, que ya están en la península ibérica, para conquistar todo el territorio. No les fue difícil, en menos de tres años, llegaron hasta Los Pirineos y más allá, iniciándose de inmediato La Reconquista católica, que va a durar 781 años.

"La batalla de Guadalete", entre Roderic y Tarik
Autor: Salvador Martinez Cubells, finales del siglo XIX

El problema no es que los hispanos no hayan querido retomar lo que una vez fue suyo, el inconveniente es, que las distintas facciones españolas tenían más conflictos entre ellos mismos,  como para poder unificarse y luchar al unísono contra un enemigo común, y como es costumbre, con el paso de los años, la población en general se adaptó y aprendió a convivir. De hecho, España era el único país europeo en el que las tres religiones convivían sin mayores conflictos: islámica, judía y cristiana. Y no está mal, por el contrario, la mezcla cultural le hizo mucho bien, transformando a la península en el territorio más avanzado y cosmopolita de La Edad Media, pero en una época de radicalismos religiosos esa convivencia debía acabar.

El inicio del muy largo fin comenzó cuando el Califato de Córdoba se fracturó en el año 1031, creándose docenas de reinos islámicos más pequeños y por supuesto mucho más vulnerables, pero a su vez, los reinos cristianos estaban también divididos y muy poco inspirados, más preocupados por sus rivalidades hereditarias.

En 1065 el rey Fernando el Grande muere y divide su territorio entre sus dos hijos, Sancho recibe Castilla y Alfonso VI le toca León, grave error. Casi de inmediato comenzó una guerra civil, en la que participa El Cid, a favor de Sancho, pero a la muerte de éste en el 1072, El Cid le rinde homenaje a su nuevo soberano, Alfonso. No pasó mucho tiempo, antes que “el general que nunca perdió una batalla”, entrara en conflicto con el rey, por diferencias de criterios con respecto a la toma de la ciudad, una vez capital del reino, Toledo. Como ya se imaginaba “el Campeador”, éste primer intento, improvisado, no tuvo éxito y hubo de esperar hasta el año 1085 para lograr el tan ansiado objetivo. Debido a la importancia histórica de éste enclave, se considera esa fecha, como el inicio real de La Reconquista. Pero todavía debían de pasar 400 años más antes de alcanzar el objetivo.

"Primera hazaña del Cid"
Autor: Vicens Cots, siglo XIX
Universidad de Barcelona, España

Puede haber sido un hecho fortuito o la genialidad de dos grandes soberanos lo que logró que la cristiandad retomara toda la península ibérica.

Isabel de Castilla era la heredera al trono, pero mientras su medio hermano, Enrique IV, viviera, él la tendría muy cerca y vigilada, dirigiendo, o al menos pretendiendo dirigir, todos los aspectos de su vida, entre ellos, el de su matrimonio. Existían tres candidatos: el rey Afonso V de Portugal, el príncipe Fernando de Aragón y el duque de Guiènne. El candidato favorito era el rey de Portugal, pero Isabel tenía otros planes y se casó en secreto con Fernando, lo que desató, unos años después, una guerra civil. El rey de Castilla, Enrique IV, de inmediato le quitó el favor a su media hermana, y nombró como sucesora a otra aspirante. La razón fue, que un matrimonio con un rey ya coronado era mucho más atractivo para su reino que el matrimonio con el heredero de Aragón, territorio tres veces más pequeño que el de Castilla y sin mucha importancia militar o comercial. Pero esa unión, al final, le trajo muchos más beneficios a Castilla y a la península en general. A pesar de sus diferencias geográficas y demográficas, ambos esposos, ahora reyes de sus respectivos territorios, decidieron unificarse, manteniendo cada uno su identidad, y luchar, en contra de su enemigo común, los musulmanes del Reino de Granada, al sur del territorio.

El rey Fernando II de Aragón y la reina Isabel I de Castilla

En el año 1482, el reino moro de Granada se rehúsa a pagar tributo a Castilla y a Aragón, la excusa perfecta para un ataque armado. La guerra ha de dura diez años y deja en bancarrota a todos los reinos implicados, pero si no es ahora no será nunca. Las campañas bélicas continuaron y ambos  reyes estuvieron muy cerca de los campos de batalla, involucrándose en todos los aspectos de la guerra.

Los Reyes Católicos unifican fuerzas para reconquistar todo el territorio.

Al margen del conflicto, en plena lucha por la reconquista, aparece un navegante genovés llamado Cristóbal Colón, quien le solicita apoyo a la reina Isabel, para realizar un viaje al otro lado del Mundo y llegar a las Indias Orientales, tan encantada está ella con el proyecto, pero tan arruinada, que le da, como financiamiento, sus propias joyas. Meses después, en el año 1492, se descubre el Nuevo Mundo.

El navegante Cristobal Colón intenta convencer a los reyes
para que financien su travesía a las Indias Orientales.

Ese mismo año, el ejército islámico, extenuado, se rinde a cambio de un tratado que les permitiera quedarse y tener libertad de culto, al que Isabel I de Castilla, acepta, pero con los años ese pacto se rompe y los moros comienzan a ser perseguidos, al igual que los judíos años atrás, y son obligados a abandonar el territorio, quienes no se convirtieran al cristianismo. Años más tarde, los “conversos”, tanto los Moriscos (moros conversos) como los Marranos (judíos conversos), fueron víctimas de las constantes persecuciones, a través de la Santa Inquisición, que los reyes recibieron del papa Alejandro VI, Borgia, el título de Los Católicos.

"La rendición de Granada"
Autor: Francisco Pradilla Ortiz, 1882

Es interesante notar que en el escudo actual del reino de España, todos esos elementos están incluidos. En primer plano las llamadas Columnas de Hércules: Gibraltar y Ceuta, siendo curioso, que el Peñón de Gibraltar está en España pero es británico y Ceuta está en Marruecos pero le pertenece a España. Los escudos internos, colocados de forma jerárquica son: Castilla, León, Aragón, Navarra y, abajo del todo, Granada.



Capítulo en donde se narra la sucesión de Los Reyes Católicos: Juana La Loca.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi 

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