jueves, 9 de julio de 2015

Las Señoritas de Aviñón de Pablo Picasso


Las Señoritas de Aviñón no fue el nombre original de una de las obras más famosas del artista español Pablo Picasso,  y más aun, el nombre no fue impuesto por él, ni tampoco le gustó, pero se tuvo que resignar. 


Las señoritas de Aviñón (1907)
Museo de Arte Moderno (MOMA), Nueva York

El título original se generó en los "Petit Comités" que Picasso organizaba en su taller y se especula sobre la posibilidad de haber sido por la colaboración, no de uno, sino de dos o incluso tres de sus invitados: Las señoritas de Avinyó, fue el título escogido, pero más allá de un restringido número de entusiastas, nadie más sabe que Avinyó es el nombre de una calle en Barcelona, España, en la que las mujeres se exhiben y se venden, con lo que las convierte en prostitutas. Con el tiempo y gracias a ese desconocimiento se transformó en Aviñón, ciudad francesa que fue por 70 años sede papal durante el siglo XIV. A Picasso le gustaba Las prostitutas de Avinyó, pero para 1907, ese nombre era muy sugerente y escandaloso para una población que aparentaba ser conservadora, si además le sumamos lo polémica que fue... Al principio a casi nadie le gustó, ni siquiera a sus amigos íntimos, sólo algunos pocos fueron condescendientes, le dieron unas palmaditas en la espalda y le sonrieron. Es en esos momentos en donde los grandes se destacan sobre los comunes, hoy en día es considerada una de las pinturas más importantes del siglo XX.
Es una obra muy difícil de clasificar; la mayoría la cataloga como el primer cuadro del período cubista, lo que es un error, ya que para la fecha de su elaboración (1907), Picasso, a sus 26 años, ya estaba en la transición entre el período Rosa y el período Negro, pero aun lejos del cubismo. El término "Negro" es debido a la influencia tribal proveniente de África y en la que se observa claramente en los dos rostros, a la izquierda de la composición, los cuales fueron repintados por él. 
 


Abajo podemos apreciar algunos de los bocetos en el que las caras tienen facciones tradicionales, al menos desde el punto de vista de nuestro artista y en donde se aprecia con toda claridad que de un burdel se trataba. 

 
Carbón sobre papel
Pastel sobre papel

Acuarela sobre papel

Las Señoritas de Aviñón son una ruptura definitiva entre el arte realista y las vanguardias que han de venir, por su falta de perspectiva y síntesis angular en la representación de las cinco "señoritas". Pero fue el punto de partida entre la rivalidad de Pablo Picasso y Henri Matisse, quien vio en ésta pintura una influencia directa con su obra La alegría de vivir (c. 1906), en base al manejo compositivo de las figuras femeninas. 


La alegría de vivir (c. 1906) Henri Matisse
Barnes Foundation, Pensilvania, Estados Unidos

Esa "enemistad" entre los dos se mantuvo implícita hasta los últimos años de vida de Matisse. Ya decía Picasso "el que más conoce mi obra es Matisse y yo la de él". 

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi