miércoles, 26 de noviembre de 2014

La simbología estética de Marc Chagall



Marc Chagall fue uno de los grandes artistas del siglo XX que dejó su huella, no sólo como excelente evocador lírico, sino quien creó un estilo narrativo tan particular, que es reconocible e inimitable, como una especie de Trademark, en la que todos se relacionan e identifican.
En sus casi 100 años de vida Marc Chagall fue un artista incansable,
quien creo un lenguaje propio, con una simbología particular y fue un
colorista insuperable.
 
Chagall en sus inicios, siendo extranjero, judío y adolecente, en la ciudad idílica del arte: París, rodeado por sus héroes: Picasso, Matisse y Delauny, se deja influenciar por todos y cada uno de los movimientos artísticos de moda de la época, tomando prestado sólo un poco e integrándolo, de manera magistral, a su propio lenguaje, incipiente, pero de gran fuerza y vitalidad, en la que va desarrollando un sin número de códigos y símbolos para narrar, sin ser literal, su memoria y su visión particular del mundo que lo rodea. Casi, hasta podríamos decir de él, que fue ingenuo, pero al adentrarnos en sus pinturas nos damos cuenta que los ingenuos somos nosotros.

Autorretrato con siete dedos, 1913
Como siempre va a ser recurrente durante su estancia en
Francia, Chagall representa en el fondo a París, pero en
su mente está Vítebsk.


Marc Chagall nace el 6 de julio de 1887 en Liozna, un suburbio judío o Shtetl en la ciudad de Vitebsk (hoy día Bielorrusia), una vibrante comunidad perteneciente al Gran Imperio Ruso, pero al margen, en lo que es Europa Oriental, lugar, al igual que muchos otros, al que fueron reubicados todos los judíos asquenazíes. Esta etnia, aislada de las otras comunidades judías (sefardíes y mizrajíes, entre otras), desarrolla su propio dialecto (el yidis), al igual que adapta sus tradiciones al entorno en donde viven. Costumbres a las cuales Chagall siempre va a hacer referencia en su obra, y en sobremanera a su amada Vitebsk, ciudad que siempre va a estar su corazón.
Sobre Vítebsk, 1914
En el fondo se destaca la iglesia Ilitch.
Colección Privada
 
Fue el mayor de nueve hermanos; su padre, Khatskl Shagal, trabaja duro para mantener a su gran familia en la empresa local que procesa arenque, referencia a la que Chagall representará siempre con un pez. La figura del violín o del violinista también aparece temprano en sus pinturas y busca simbolizar las tradiciones, el arraigo a su tierra, su añoranza por épocas más sencillas. De igual forma emerge el reloj de péndulo, que a simple vista personifica al tiempo, pero Chagall va más allá, el reloj encarna a sus antepasados, y más aún cuando está lejos de su tierra.
Los códigos simbólicos en éstas tres obras son recurrentes a lo largo de
toda su vida: el reloj de péndulo, el pez, la crucifixión, los ramos de flores,
y por supuesto, el manejo insuperable del color.
 
En Rusia, mayoritariamente y por mucho, Cristiana Ortodoxa, un artista judío tenía dos caminos a transitar: negar en su obra toda referencia a su credo o explotarlo al máximo; Chagall escogió esa opción, convirtiéndose en su paladín. Sus cuadros siempre mantienen su identidad religiosa, ya sea en la recurrente imagen del Rabino, La Torá, el Talit, el yidis, la Menorá y/o la Estrella de David, pero irónicamente también va a utilizar, y mucho, la iconografía de la Crucifixión de Jesús, sobre todo a partir del ascenso al poder de Adolfo Hitler hasta el período en que finaliza La Segunda Guerra Mundial, y no con la intención de ocultar sus raíces, por el contrario, para afianzarlas, utilizando esa simbología tan poderosa como representación del sufrimiento hebreo, tomando en cuenta, que cuando Jesús fue crucificado por los romanos, lo fue hecho como judío, y si uno se fija, Cristo siempre está afuera de su contexto histórico y representado por Chagall rodeado de los símbolos judíos a los que ya hicimos referencia.
El violinista, 1912-1913
Este cuadro inspiró el musical "El violinista en el tejado", 1964.
 Stedelijk Museum, Ámsterdam, Holanda
 

En 1910 emigra a París, dejando atrás al gran amor de su vida: Bella Rosenfeld, y se radica en Montparnasse,  en donde conoce y se relaciona con casi todos los noveles artistas del momento que también vieron en “La Ciudad de las Luces” la oportunidad de encontrar esa libertad expresiva carente en muchos de sus países de origen, anhelando él hacerse famoso, regresar a Vitebsk y ser digno económicamente para poder casarse con su amada.
Marc Chagall pintando la obra: Bella en verde. A su amada él la pintó
una y otra vez hasta la muerte de ella en 1944 y más allá.
 
Para Chagall la representación de la Torre Eiffel no sólo es una metáfora de la ciudad a la que va a aprender a amar, sino uno de los mayores logros de la modernidad. El ejemplo más evidente es su cuadro París a través de mí ventana, creada en 1913, en la que se desglosan un número interesante de códigos. La ventana entreabierta representa la libertad que ofrece ésta magnífica ciudad; la Torre Eiffel es la modernidad; el paracaidista, un evento histórico, acaecido en 1912, que posiblemente vio; el tren invertido es sinónimo del Metro; el hombre de dos caras, en el extremo inferior derecho, es su dualidad personal, entre la añoranza por su ciudad natal y París; y el gato amarillo con cabeza humana es el guardián, al igual que una esfinge, que protege lo interno de lo externo, obra enmarcada en una composición con fondo Cubista, muy sutil. En sí, ésta pintura es un diario íntimo, un recuento de sus últimos días antes de su regreso a Rusia.

París desde mi ventana, 1913
Museo Guggenheim de Nueva York
 
Ya en los brazos de Bella descubre de inmediato, que el mayor obstáculo para su matrimonio ya no existe; el padre de ella, que lo subestimaba, ha muerto. De inmediato hacen planes para regresar a París pero estalla La Primera Guerra Mundial, y se han de quedar “atrapado” en Rusia, pero al menos está al lado de la mujer que ama, a la que siempre, hasta el final, va a pintar. En esos cuadros, uno de los dos, o incluso a los dos, los representa volando, lo que indica la máxima felicidad. En todas esas pinturas aparece un ramo de flores o un árbol o arbusto, lo que significa la vida en su esplendor y el gallo representa la fertilidad. Con Bella va a tener una hija: Ida.
 
El cumpleaños, 1915
MoMA, Nueva York
 
Tras el estallido de La Segunda Guerra Mundial y la inminente invasión alemana a Francia, la familia Chagall logra escapar a los Estados Unidos. Allá es muy conocido y de inmediato consigue trabajo pintando grandes telas para el teatro. Durante su exilio nunca fue realmente feliz, se sentía que traicionaba, en la comodidad de su nuevo hogar, a sus compatriotas y sobre todo a los judíos, a los que masacraban sistemáticamente. En 1944, ya a punto de retornar a París tras la liberación de la ciudad por los aliados, Bella muere y con su muerte se abandona a la nostalgia,  e incluso, al menos por un tiempo, deja de pintar.
 
La Guerra, 1964-1966
En ésta obra los judío huyen de Vítebsk destruida por la guerra y una cabra
se interpone para protegerlos. En el fondo la crucifixión de Cristo
representa el sufrimiento y el sacrificio generalizado.
 
Un año después conoce a Virginia Haggard y por insistencia de su propia hija comienza una relación con ella que va de durar siete años y de la que va a nacer su segundo hijo: David. Como buen artista, de inmediato la empieza a pintar, y con él a su lado, pero su remordimiento es tan grande, por la traición que él cree le está haciendo a Bella, que se representa como un asno. En la obra Autorretrato con reloj frente al a crucifixión, creado en 1947, a pesar de estar representando a Virginia al lado de un árbol, representa también a Bella junto al Cristo crucificado, con una Menorá en Vitebsk y un reloj de péndulo flotando, simbolizando así en el cuadro, la felicidad actual, pero con un remordimiento vívido del pasado.
 
Autorretrato con reloj frente a la crucifixión, 1947
Colección Privada
 
En 1948 regresó finalmente a Francia con toda su familia y unos años después Virginia lo abandona, pero antes que la melancolía lo fuera a embargar de nuevo, Ida, su hija, le presenta a Valentina Brodsky, mejor conocida como Vava, con quien se casa en 1952 y con la que va a vivir el resto de su vida.

Para Vava, 1955
Colección Privada

En 1963, a sus 76 años de edad, cuando todo hombre sólo piensa en retirarse, a Chagall le comisionan su obra más monumental y polémica: el techo de la sala principal de la Ópera de París, 220 metros cuadrados de intenso colorido, en donde representa doce óperas de doce compositores, entre los que destacan: Mozart, Beethoven, Berlioz, Ravel, Wagner, Rossini, Verdi y Tchaikovski. Muchos de sus detractores iniciales, al ver la obra concluida un año después, se maravillaron, e incluso, un crítico de arte comentó en su columna: “Por primera vez los mejores puestos de la sala son los que están más cerca del techo.”

Techo de la Ópera de París, 1963-1964, con la identificación de cada
compositor y la ópera representada.
 

Chagall vivió otros veinte años más y se diversificó, colaborando, como ningún otro artista contemporáneo, en la creación de vitrales, ya fuesen para iglesias católicas como para instituciones judías, siempre mezclando y creando nuevos códigos que pudieran expresar, como palabras sobre un papel, su visión muy particular del Mundo: libre, feliz y muy colorido.

 Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi
 

domingo, 9 de noviembre de 2014

La "Gran" Revolución Cultural de Mao


En síntesis, fue una estrategia por parte de Mao para recuperar el poder político perdido tras el catastrófico resultado del “Gran Salto Adelante”, causante de hambre y muerte en todo el país. En su lucha personal en contra de los nuevos líderes: Liu Shaoqi y Deng Xiaoping, quienes se enfocaron en desarrollar un cambio económico enfocado en los modelos occidentales, Mao aprovecha su carisma y la mala memoria del pueblo, para iniciar ésta “revolución”, que lo único que tenía de cultural era el nombre. Fue un retorno al ideal romántico de la ortodoxia revolucionaria, que en su momento fue efectiva en crear un camino alejado del tradicionalismo imperial, corrupto y enviciado. Pero Mao, aunque idealista, demostró ser incapaz de gobernar de forma efectiva y de manera sistemática generó el caos y el atraso en su búsqueda por el progreso social.


"El camarada Mao Zedong es el gran marxista-leninista de la  nueva era".

Mao Zedong nace en 1893 en el seno de una familia campesina acomodada, en la provincia de Hunan. Tuvo la oportunidad de estudiar y viajar por su país en donde captó de primera mano la gran diferencia social existente entre los trabajadores y la élite, herencia del anterior régimen imperial. Influenciado por la Revolución Comunista en Rusia, Mao adapta la filosofía marxista-leninista a la realidad social, cultural y geográfica de China.


"Prepárate para el sacrificio, prepárate para la lucha, por el pueblo".

Una vez en el poder, obtenido con gran esfuerzo, en el año 1949, afianza su autoridad, reafirmando el culto a su persona, ¿por qué no?, si le ha funcionado a otros, porque no a mí. Y en efecto funciona, el pueblo lo adora, y las bases del ejército también, conformada por adolecentes muy influenciables. La élite política se encuentra maniatada por éste populismo y está subordinada a las políticas espontáneas y oportunistas de su “Gran Líder, Mao”.


El idealismo del "Gran Paso Adelante" en el que Mao insta a cualquiera
a producir bienes tecnológicos.

El primer paso a la independencia social y económica de las élites políticas, se crea tras el rotundo fracaso del “Gran Salto Adelante” que Mao había implantado como estrategia política con el fin de lograr la industrialización, aprovechando el gran capital humano existente en el país. Esta medida, aplicada a partir de 1958, no dio resultado, por la poca preparación del campesinado, congregado en comunas, obligado a producir bienes industriales y a la vez atender sus cosechas. La explotación rural, por un idealismo social, al buen estilo de la esclavitud, ya abolida, generó el agotamiento físico de los trabajadores, que aunado al clima adverso, dio como resultado una gran hambruna que le costó la vida a millones de chinos, pero halagados como estaban, por ser “considerados” partícipes de la revolución, olvidaron pronto y no sólo perdonaron a su líder, Mao, sino que buscaron a otros a quien culpar. Pero la élite política aprovechó el momento y depuso a Mao, asumiendo ellos las riendas de la nación y planteando un nuevo rumbo. Mao con más de 70 años de edad, no se va a quedar de brazos cruzados, se resiste a perder el protagonismo y aprovechando la valiosa ayuda de políticos de segunda que anhelaban cargos más representativos, contraataca con un proyecto ideológico basado en el culto a su imagen, “La Revolución Cultural”. El pueblo fiel a su carismático líder lo va a seguir a ciegas, sin analizar las fallas estructurales que éste nuevo proyecto de Mao les iba a generar y atacan todas las estructuras del poder que le son adversas, humillando a intelectuales, artistas y a cualquier persona que en alguna oportunidad pudo haber criticado a Mao, "en pensamiento, obra u omisión".


"El Ejército Popular de Liberación es la principal escuela en China para
fomentar el Maoismo".

El único objetivo de Mao era retornar al poder, a cualquier costo y se valió del adoctrinamiento de los más influenciables para lograrlo. Se difunde por todo el territorio “El Libro Rojo de Mao”, que recopilaba extractos de sus discursos más importantes y el pueblo y las bases del ejército se lo aprendieron de memoria, orgullosos de sentirse nuevamente partícipes de la revolución, ésta vez mucho más ideológica que progresista.


"Larga vida a Mao".

Mao retoma el poder y con mano de hierro se va a vengar de todos los que lo opusieron, generando una estampida de talentos, rodeándose tan sólo de oportunistas y acallando a todos los opositores. Uno de los logros que Mao había conseguido en sus primeros años de vida política fue eliminar casi totalmente el analfabetismo y ese recurso ahora lo va a utilizar a sus anchas, como sabía que no podía estar en todos lados, mal utilizó a los medios de comunicación, a los que controlaba en su totalidad y con publicidad siempre favorable a su persona y adversa a la de sus enemigos, reafirmó en el pueblo su poder, pero como “seguro mató a confianza” crea a La Guardia Roja para imponer su voluntad a través del miedo y la represión, incluso más allá de lo deseado. Pero el acoso no se restringió tan sólo a los seres humanos, también fueron víctimas las costumbres tradicionales que fueron abolidas; se quemaron libros, se destruyeron obras de arte y templos. Los estudios universitarios de ámbito humanista se prohibieron con la excusa de ser contraproducente para los ideales revolucionarios y lo único que estaba permitido eran las representaciones literarias y artísticas que exaltaran a Mao; el arte propagandístico. El pueblo ya estaba idealizado, por las buenas o por las malas, y si se daba ahora cuenta, del abuso al que estaba sometido, ya no disponía de nadie que lo pudiese ayudar. Mao volvía a ser amo absoluto hasta su muerte, acaecida en 1976, a sus 82 años.


El Guardia Rojo destruye los símbolos tradicionales y el
texto dice, "Destruye el Viejo Mundo, Construye
el Nuevo Mundo".

A diferencia del caos generado por el “Gran Salto Adelante” en que se vio afectado el campesinado, ahora con “La Revolución Cultural” las víctimas fueron los intelectuales y la clase dirigente apta que disponía el país. El atraso económico, social y cultural fue evidente, pero irrelevante, Mao retornó al poder y eso era lo único que importaba.


"El renegado traidor Liu Shaoqi, debe de ser expulsado del país".

Décadas le va a costar a China salir de éste atraso ideológico generado por la ambición desmedida de un hombre y sus partidarios. Lo que hay es que analizar si el pueblo aprendió a no ser manipulado por los intereses particulares de los individuos, ya que un pueblo ignorante, es el arma ideal del ego de sus gobernantes.


Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

 

sábado, 8 de noviembre de 2014

El Primer Concilio de Nicea


El emperador Constantino I es ahora amo absoluto de toda Roma y en ésta época eso no es nada fácil, teniendo en cuenta que el imperio rodea la totalidad del Mar Mediterráneo y se extiende tierra adentro cruzando el Canal de la Mancha hasta Inglaterra, alrededor de 6.500.000 Km2, kilómetros más kilómetros menos. Tierra de muchas idiosincrasias, culturas, ancestrales rivalidades y ambiciones particulares. El emperador Constantino I en su búsqueda de puntos de unión nota, a diferencia de su antecesor Dioclesiano, que el Cristianismo se ha extendido por todo el territorio y es lo único que en verdad tienen todos en común, así que en el año 313 firma El Edicto de Milán y otorga libertad de culto a los muy perseguidos cristianos. Finalmente, ésta secta religiosa, después de 250 años de reiteradas persecuciones, 10 de las cuales muy sangrientas, se pueden expresar, construir lugares de culto y sumar más adeptos, para transformarse en la religión oficial del imperio. 


Las manchas azul oscuro representan la influencia cristiana
para el momento de la realización del Concilio.


Pero existe un problema técnico, la aproximación a Cristo tiene muchas, muchísimas vertientes distintas, cada obispo de cada zona tiene una visión distinta al cómo interpretar las escrituras y la razón es que cada uno de ellos, generación tras generación, aislados como estaban, generaron una religión que se adaptaba a sus realidades particulares, ya fuesen geográficas o culturales, ahora en el ámbito global, esa diferencias le generaban al emperador un conflicto de base, hay que conciliar posiciones, el camino debe de ser uno y las pautas, a las necesidades políticas del imperio, las va a generar él, el emperador y convoca en el año 325 a una reunión de obispos de todos los recónditos del territorio. En la historia éste evento se va a conocer como El Primer Concilio de Nicea.


Presencia de Constantino I en el Concilio
Fresco en los aposentos papales en el Museo del Vaticano


Para el evento asistieron alrededor de 300 obispos, teniendo en cuenta que hace mil setecientos años el trasladarse de un lugar a otro no era tan sencillo y se escogió la ciudad de Nicea, hoy en Turquía, porque allí estaba el Palacio de Verano del emperador y el desarrollo y la conclusión final del concilio para él era de suma importancia. No sólo asistió a todas las reuniones, sino que dio las pautas finales, algo así como esto es lo que se tiene que aprobar y dejó que los obispos adeptos a sus políticas se sintieran “autónomos”. El punto de inflexión son dos posiciones encontradas: los que veían en Jesús las dos naturalezas, la humana y la divina, en sí Dios, al haber sido engendrado por él a través de María, y los que veían a Jesús como una creación de Dios, con lo que no lo convierte en un dios, sino en un mensajero de su palabra divina, posición que defendió apasionadamente el presbítero Arrio y cuya visión se conoce como arrianismo. A Constantino I le conviene más la visión de las Dos Naturalezas, por ende la que Jesús es hijo de Dios.

A lo largo de dos meses de intensos debates el tópico en cuestión, la verdadera naturaleza de Jesús, se va definiendo, a veces incluso con violencia, cuando por ejemplo el obispo Nicolás de Bari (hoy san Nicolás, el que reparte los regalos en diciembre) golpea en la cara a Arrio, quien a pesar de ser minoría en éste concilio, defendía su causa con pasión. Al final el resultado fue conveniente para el emperador y Arrio fue considerado hereje, perseguido, su obra destruida y eventualmente olvidado, al menos por la religión cristiana, no tanto por la islámica (300 años a la fecha).


El presbítero Arrio abajo en el centro condenado como hereje.


Para concretar la decisión se redacta un credo, El Credo que hoy conocemos y rezamos, en donde se hace énfasis en las dos naturalezas de Jesucristo (Jesús hombre, Cristo divino) en el que es engendrado y no creado,

“…Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre…”

El emperador Constantino I está satisfecho y el resultado va a ser divulgado e impuesto en todo el imperio, pero lo que no previeron con éste dogma fue el que en una religión que se dice ser monoteísta ahora estaba conformada por DOS entidades divinas: el Padre y el Hijo, y si además le sumamos el Espíritu Santo... Razón por la cual se habrán de realizar muchos otros concilios para unificar criterios, de los cuales hablaremos en otras oportunidades.

Constantino I en el centro sosteniendo el texto del Credo

 Otros puntos que se definieron en el Primer Concilio de Nicea:
  • La prohibición del auto castración.
  • El reconocimiento por parte de cada provincia respectiva de las autoridades supremas: el Patriarca de Alejandría, el Patriarca de Antioquía y el Papa de Roma (decisión que a futuro fracturará a la Iglesia de occidente y oriente).
  • La prohibición de destituir a los sacerdotes.
  • La necesidad de la presencia de un obispo o un presbítero al momento de la eucaristía.
  • Etc.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi