miércoles, 4 de septiembre de 2013

Nabucodonosor conquista a la ciudad de Jerusalén


El rey Neobabilónico, Nabucodonosor II “El Grande”, ha sido a lo largo de la historia un personaje de fama dual, amado y admirado por unos y odiado por todos los demás. Sólo ahora, en que la historia y los historiadores intentan ser más objetivos, es que se ha depurado la verdadera imagen de éste hombre que gobernó a su pueblo por 43 años, en el siglo VI a.C., en el territorio que hoy comprende Iraq, y que se labró, con mucho esfuerzo, un lugar destacado en la historia.

Nabucodonosor II el Grande fue un excelente guerrero y
conquistador, además de un avocado constructor.

No hacía mucho tiempo que el indomable imperio asirio, que dominaba con mano de hierro toda Mesopotamia y gran parte de los territorios circundantes, en la cúspide de su grandeza, cayó inexorable con la muerte de su rey Asurbanipal y la destrucción de su fastuosa ciudad Nínive a manos del general babilonio Nabopolasar, padre de Nabucodonosor II.

"La muerte de Sardanápalo", también conocido como Asurbanipal,
rey de Asiria. En el cuadro, él da la orden que sus hombres maten
a sus mujeres para que éstas no sean esclavizadas.
Autor: Eugene Delacroix.
Museo del Louvre, París.

La conquista de un imperio no es garantía de éxito con los vecinos, que también van a aprovechar esa caída para levantarse y conquistar. El primer punto en la agenda del nuevo rey, Nabopolasar, era la de afianzar los territorios antes bajo el dominio asirio y asegurarse el pago de tributos, básico en la estructura burocrática de cualquier reino. Sus enemigos tradicionales eran los egipcios y los medos. Para consolidar los planes de expansión hay que buscar aliados y casa a su hijo mayor, Nabucodonosor II con la hija del rey medo Ciáxares y consolida una alianza y técnicamente se quita a un enemigo de encima. Su objetivo ahora estaba al oeste, hacia las ciudades costeras del Mar Mediterráneo, territorio que habían recuperado los egipcios a los ahora inexistentes asirios, entre los que se encuentran los reinos tributarios de Siria, Judá e Israel.

Máxima expansión de Territorio bajo el dominio de Nabucodonosor II.

Transcurre el año 605 a.C. y Nabucodonosor II va a la guerra y triunfa en la batalla de Karkemish, derrotando al faraón egipcio Necao II, que debe de retirarse, pero no sin ir haciendo sus respectivas negociaciones a futuro con los reinos a su paso, entre ellos el de Judá. Ahora el objetivo del príncipe babilónico es Egipto, pero se entera que su padre, Nabopolasar, acaba de morir y debe de regresar para ser coronado rey. La expansión es detenida pero no olvidada.

Transcurrido el tiempo, con nuevos ímpetus, regresa para consolidar su anhelada conquista pero se encuentra con constantes rebeliones en sus reinos tributarios, que lo distraen de su objetivo primordial. Conquista e intenta amedrentar, exiliando al rey de Judá, Jecomías a Babilonia y dejando en su lugar a un rey “sumiso”, Joaquín, pero éste se rebela también y debe de ser  deportado, colocando ahora en su lugar a Sedecías, quien a su vez se rebela. A lo largo del tiempo el rey Nabucodonosor II había sido más que paciente, pero como dicen, “la tercera es la vencida”, entonces rodea a la ciudad de Jerusalén con su ejército, aislándola, sitio que habrá de durar tres años, hasta que el hambre, las epidemias y la muerte vencen a una urbe acabada.

Los babilonios nunca fueron un imperio colonialista, así que en vez de masacrar a la población y colocar a otro pueblo en el espacio vacío, como era la costumbre, Nabucodonosor II decide en cambio, exiliar a la mayoría de los pobladores: altos jerarcas, sacerdotes, intelectuales y artesanos, a su ciudad capital de Babilonia, dejando atrás a los pobres y desposeídos. Esta deportación masiva se conoce como el Exilio Babilónico o La Gran Diáspora.

Miles de judíos son obligados a trasladarse a la ciudad de Babilonia,
el evento va a ser conocido como La Gran Diáspora.

A toda ésta masa de personas, más de diez mil, Nabucodonosor II las trató con la más alta reverencia, en donde muchos de éstos exiliados incluso llegan a ocupar cargos de jerarquía en su gran ciudad Babilonia. Entonces, ¿porqué éste venerado rey es tan odiado por muchos?, en especial por los judíos. La razón básica fue que él ordenó la destrucción, hasta los cimientos, del Primer Templo de Jerusalén, construido durante el reinado de Salomón cuatrocientos años atrás.

Eso fue algo que los judíos nunca pudieron perdonar. Irónico, en el año 70 de nuestra era los romanos también destruyeron el templo, el segundo, y el resentimiento en contra de ellos no es tan grande como el que se le tiene a Nabucodonosor II.


La destrucción del Segundo Templo de Jerusalén en el
año 70 por los romanos para sofocar las "Revueltas Judías".

Una vez afianzada la conquista territorial, Nabucodonosor II se dedicó a la reconstrucción de su ciudad, queriendo convertirla en una maravilla del Mundo: el Panteón de sus dioses, la triple muralla, el zigurat (La Torre de Babel), el palacio real, la puerta de Ishtar y los míticos Jardines Colgantes de Babilonia, dedicados a su esposa Amuhia, quien extrañaba los bosques de su ciudad natal.


La Torre de Babel
Autor: Peter Brueghel el Viejo, 1563
Museo Kunsthistorisches, Viena, Austria

Ya lo había predicado el profeta Jeremías “el enemigo del norte (Nabucodonosor II) no es más que un instrumento de la cólera de Dios, debido a la maldad en los corazones de mí pueblo.”

Ese exilio forzado terminó beneficiando al pueblo hebreo, que tuvo la experiencia de ver de primera mano, una de las principales potencias de la época, desde su corazón y afianzó a la vez su fe religiosa, que al verse amenazada por la mimetización de muchos miembros de la comunidad con pobladores locales, obligando entonces a los sacerdotes a escribir la Torah, como último recurso, para preservar la pureza de sus creencias.


Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

1 comentario:

  1. Esta confirmado señor giraldi que la soberbia de los hombres puede en ocaciones causar muchos daños a la humanidad y no solo eso, sino que el propio nabucodonosor fue castigado por DIOS con 7 años de demencia, apartado de la sociedad, cosechando asi lo que habia cenbrado negativamente para su propia destrucción.
    Gracias a usted señor giraldi por aportar a la sociedad este material con tanta calidad y veracidad en sus escritos.

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