La plaza San Marcos no es la misma sin su magnífica torre que desde el siglo IX se erguía inmutable, con sus 98 metros de altura, así que se recaudaron fondos y de inmediato comenzó su reconstrucción bajo el eslogan "dov'era e com'era", donde estaba y como era,
y no es hasta 1912 que se finaliza la construcción de una
réplica exacta, el actual campanario, razón por la cual los ladrillos se ven tan rojos.
Escrito por Jorge Lucas Alvarez