martes, 5 de noviembre de 2013

La Silla Eléctrica


Debido a los acelerados avances en el desarrollo y comercialización de la electricidad, a finales del siglo XIX, por dos grandes inventores: Tomás Alba Edison (inventor del bombillo) y George Westinghouse, ahora es factible darle un uso distinto al electrificar: electrocutar.

En 1886 el estado de Nueva York había creado una comisión para determinar un método de ejecución que sustituyera a la horca, y, que a pesar del crimen cometido por el condenado, fuese su muerte, una “más humana”.

Edison no desaprovecha la oportunidad y contrata a un ingeniero, Harold P. Brown, para que inventara un mecanismo rápido y viable para comercializar un método efectivo utilizando la electricidad, teniendo en cuenta que los Estados Unidos había aprobado la pena capital en la constitución de 1789 y, cada estado de la Unión necesitaría al menos una.

Pero sobre todo, Edison, fundador de Edison General Electric Company, junto al magnate financiero J.P. Morgan, deseaba eliminar a su gran rival comercial, Westinghouse Electric, fundada por George Westinghouse, quien, apoyado por el genio de Nikola Tesla, habían desarrollado un mejor sistema eléctrico, la corriente alterna (AC), con mayor capacidad de transmisión que la utilizada por Edison, la corriente continua (DC), y estando ambas compañías enfrentadas en lo que se conoce como: La Guerra de las Corrientes.

Cuadro comparativo de la rivalidad entre Edison y Tesla.

Esta “guerra”, no peleada en los campos de batalla, se luchaba en Wall Street y muchas veces se utilizaban estrategias peores que los usados por los soldados. El Mundo en esa época aun vivía en la oscuridad absoluta, y a excepción de algunas ciudades privilegiadas como: Nueva York, París o Londres, que habían desarrollado e instalado sistemas de iluminación con gas, el resto utilizaba lámparas de querosene, provisto por John D. Rockefeller y su muy poderosa Standard Oil.

Los dos grandes rivales en "La Guerra de las Corrientes"
Edison General Electric Company y Westinghouse Electric

Por ésta razón, y siendo Edison un hombre quien aprovechaba muy bien las oportunidades, decide eliminar a la competencia creando La silla eléctrica, pero ésta debía de utilizar, para su funcionamiento, la corriente alterna (AC), el sistema de trasmisión eléctrico de sus rivales, de manera tal, que los potenciales consumidores prefirieran, por asociación negativa, la de él, corriente continua (DC), a una utilizada para matar a criminales, y en perspectiva amplia, los pudiera electrocutarlos a ellos también, por considerarla más peligrosa.

Nikola Tesla, sentado muy tranquilo, frente a uno de sus
generadores para desmitificar la peligrosidad de la
corriente alterna.

Para probar que su método funcionaba y a la vez desprestigiar a su rival, ejecutaron a varios animales, entre ellos a un elefante, frente a la prensa. El estado de Nueva York aprobó en 1890, a la silla eléctrica, como método de ejecución y preparó sus instalaciones para electrocutar a su primera víctima, William Kemmler, un asesino confeso. 

Hasta un elefante, Topsy, fue electrocutado para probar
la pretendida peligrosidad de la corriente alterna (AC).

Este fue atado a la silla y se le colocó un electrodo en la cabeza y otro en la pierna. A pesar de que el método, en teoría, era “más humano”, la certeza del condenado, que sabe va a morir, un día específico, a una hora determinada, es lo que en realidad aterra. Los abogados de Kemmler intentaron apelar el método, al igual que muchos personajes relevantes, entre ellos George Westinghouse, quien pudo sospechar las verdaderas intenciones de Edison. Pero la gran influencia que tenía el inventor del bombillo eléctrico, influyó en la decisión y la muerte por electrocución se consideró la más humana de las ejecuciones para la fecha.

La silla electrica original que comenzó su uso en 1890.

Según los técnicos y especialistas, la inconsciencia se da de inmediato, lo que evita que el criminal sufra los dos shocks de más de 2000 voltios que van dirigidos a crear daños irreparables a los órganos vitales y causar la muerte. En el caso de Kemmler, el episodio no fue tan glamoroso como se esperaba y todos los presentes sintieron un fuerte olor a carne quemada, más allá de las contorciones y gemidos que realizó el condenado durante casi dos minutos. La prensa criticó el procedimiento y al contrario de los que Edison esperaba, de aniquilar a su competencia, él fue el centro de todas las críticas al punto que su socio financista, J.P. Morgan, aprovechó en secreto en comprar muchos más acciones de la compañía que él tenía con el inventor y lo sacó del negocio, para desvincularse de tan mala publicidad, cambiando el nombre a General Electric.

Irónicamente, la muerte por electrocutación continuo, aunque ciertas mejoras se realizaron, como fue el poner una esponja húmeda en la cabeza del condenado para agilizar el proceso. Pero no todos los hombres son iguales y algunos resisten más que otros. En 1946 Willie Francis fue ejecutado pero no murió y a pesar del alegato de sus abogados, fue electrocutado de nuevo, hasta su muerte, al año siguiente.

La Pena Capital existe legalmente desde que se organizaron las primeras civilizaciones, “ojo por ojo y diente por diente”, pero una creciente oposición en defensa de los derechos humanos ha logrado erradicar tan severa condena en casi todos los países del mundo, excepto, muchos de los países musulmanes, China, India y algunos de los estados de los Estados Unidos, que, desde su inclusión en la constitución, a la fecha, han sido ejecutadas más de 3.500 personas, a pesar de que algunos estados (12 de 50) ya la han sustituido por cadena perpetua.


Muchos hombres y mujeres inocentes han pagado con sus vidas errores en los sistemas judiciales.

La silla eléctrica comenzó a ser desplazada por la cámara de gas a partir de 1982, aunque existen aun estados en donde se les permite a los condenados escoger su método de muerte; el último en utilizarla, hasta ahora, ha sido James Neil Tucker en el 2004.

Existen 5 métodos de muerte vigentes: la silla eléctrica, la cámara de gas, la inyección letal, la horca y el fusilamiento. La decapitación dejó de ser utilizada a finales del siglo XIX.

Como hecho curioso, el emperador de Abisinia (Etiopía), Menelik II, al enterarse de la primera ejecución en la silla eléctrica, ordenó tres para instalarlas en su país y al recibirlas descubrió con tristeza que requería de electricidad para hacerlas funcionar, adelanto con el cual su país aun no contaba, pero sin desanimarse utilizó las sillas como tronos imperiales.

El emperador Menelik II sentado en una de
sus adquisiciones.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

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