Cuando las
oportunidades no se presentan, entonces hay que buscarlas y la familia Médici
hizo eso exactamente. Cómo dicen por ahí, “en río revuelto ganancia de
pescador” y Europa en éste instante, 1412, vivía una de las grandes crisis
institucionales, La Iglesia Católica tenía tres papas simultáneos:
uno en Aviñón, Benedicto XIII; uno en Roma, Gregorio XII y uno recién elegido
en Pisa, Juan XXIII, a quien no hay que confundirlo con el otro Juan XXIII, él
del siglo XX, considerado “el papa bueno”, éste de por sí no era tan bueno, por
el contrario se cree fue el que asesinó al papa, al que un año antes, ayudó a
consagrar: Alejandro V.
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Tres papas simultáneos durante el Cisma de Occidente:
Benedicto XIII, Gregorio XII y Alejandro V. |
La ciudad estado de
Florencia, en Italia, desde hacía años se había convertido en un poderoso
enclave bancario, muchas familias dedicaron sus esfuerzos en expandir sus
negocios a toda Europa, desarrollándose, al realizar préstamos para la
inversión a cambio de una tasa de interés aceptable y manejando a su vez, todas
las transacciones internacionales con su moneda, acuñada en oro: el florín, el equivalente a lo que hoy
en día sería el dólar y cuyo nombre se origina de su ciudad de origen,
Florencia.
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Florín de Oro
En una cara se destaca la flor de lis, símbolo de Florencia
y del otro lado se representa a san Juan Bautista. |
Para ésta época, si
alguien quería destacar en ésta ciudad debía involucrarse en el negocio de la
banca y eso fue justamente lo que hizo Giovanni
di Bicci di Médici a finales del siglo XIV.
La Banca Médici tenía pocos años de haber comenzado sus operaciones financieras
y buscaba con ahínco subsistir entre sus competidores con mayor trayectoria,
capital y contactos, esos contactos muchas veces incluían reyes y emperadores,
sin contar con una larga lista de príncipes, duques, condes, cardenales, etc.
Ellos en cambio, los Médici, tenían una pieza con la que no contaban los otros,
su fundador, Giovanni di Bicci de Médici,
padre de Cosme y bisabuelo de Lorenzo “el Grande”. Éste ambicioso hombre, no solo
decidió crear un negocio de la nada, sino que buscó la manera de convertirlo en
el banco más importante de Europa, generando la riqueza más grande de su época
y sentando las bases, para que su familia, se convirtiera en la más influyente
del período y poder transformarse en los grandes mecenas del Renacimiento, un
mecenazgo que al final los llevó a la quiebra.
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Tres generaciones de la familia Médici: Giovanni, Cosme y Lorenzo. |
Como ya dije antes,
las oportunidades estaban, pero no para él, su banco aun era muy pequeño, en ese
entonces, para molestarse siquiera, a voltearse a verlo, pero de igual manera,
Giovanni di Bicci di Médici, se lanzó
al ruedo, se la jugó el todo por el todo y ganó, con astucia y perseverancia.
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Ilustración de la ciudad de Florencia en el año 1490 |
Baltasar Cossa, futuro
(anti) papa Juan XXIII, nació en la isla de Isquia, descendiente de una familia
noble napolitana que había caído en la desgracia económica y al no tener una
herencia de la cual disfrutar, buscó grandeza en la carrera militar, en la que
se destacó, pero ésta no le propició grandes frutos, así que enfocó su atención
en la carrera eclesiástica, obteniendo un doctorado en leyes y poniéndose al
servicio del papa del momento. Encargado del manejo de Los Estados Papales, su
talento perspicaz fue reconocido y es elevado a cardenal en 1402, por el papa
Bonifacio XI. La mayoría de los hombres, se hubiesen sentido satisfechos por
los logros obtenidos, pero él no.
La institución
eclesiástica estaba sufriendo una crisis estructural sin precedentes, debido a
la ambición desmedida de los hombres que la regían, quienes anteponían sus
intereses personales, de riqueza y poder, a los espirituales, y por tecnicismos
electorales en lo más alto de la curia, el Mundo contaba con tres papas
simultáneos. Éste período es conocido como El
Gran Cisma de Occidente y duró desde el 1378 al 1417, fraccionando la débil
estructura que mantenía a Europa unida.
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Las ambiciones personales, entre los cardenales de
Aviñón y Roma, crearon el Gran Cisma de Occidente,
en el que la Iglesia se dividio con dos papas,
que pronto fueron tres. |
El cardenal
Baltasar Cossa reconoce su influencia sobre otros y manipula El Concilio de Pisa de 1409, que se
convocó para intentar resolver el conflicto, y propones que se destituyan a los
otros dos papas y se elija a uno sólo: Alejandro V. Los papas afectados:
Benedicto XIII y Gregorio XII, se resistieron a renunciar, así que fueron
depuestos, obligándose cada uno, a buscar apoyo individual, en reinos rivales,
para mantenerse en el poder y mantener así, la creencia de ser los verdaderos
papas; ahora hay tres.
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Baltazar Cossa, anti papa Juan XXIII |
La iglesia no
incluye a ninguno de éstos pontífices en su lista oficial, así que todos son
considerados antipapas, pero la historia no termina allí. El recién electo
Alejandro V, es sumiso al cardenal Baltasar Cossa y eso le abre a él, un campo
interesante de posibilidades… Nadie sin el apoyo de otros puede llegar hasta la
cima, y el Colegio Cardenalicio están
divididos entre unos y otros, así que Giovanni
di Bicci de Médici se le acerca a Baltasar y le ofrece su apoyo y el
respaldo de su banco, en una inversión a futuro, comprar su camino al Trono de
Pedro. Pero todavía existía un obstáculo, el papa Alejandro V.
En un viaje junto a
Baltasar, por Bolonia, el papa de pronto murió, quedando abierto y despejado el
cargo. Con el apoyo de la Banca Médici,
Baltasar Cossa se destacó como uno de los “papables” y Giovanni di Bicci se encargó de “engrasar” los mecanismos
electorales, otorgándole, a muchos de los cardenales, donaciones a cambio de sus
votos. Pero todo tiene un precio, si Baltasar gana, los Médici también y el
trato fue el manejo del dinero de la Iglesia.
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Ilustración de anti papa Juan XXIII presidiendo
el Concilio de Constanza de 1414. |
El plan funcionó y
los cardenales le dieron su voto a Baltasar, quien una vez consagrado toma el
nombre de Juan XXIII. Al estar los otros dos papas “depuestos”, él se creé ser,
el único y verdadero.
A cargo de las
finanzas papales, Giovanni di Bicci
se destacó, transformando a su pequeño banco, en el más importante de toda
Europa, generándole, a su vez, grandes dividendos a La Iglesia, razón por la
cual, cinco años después, en 1415, cuando Juan XXIII es obligado a abdicar, la
Banca Médici continuó manejando el dinero de los fieles.
El depuesto papa,
Juan XXIII, cae de inmediato en desgracia y es apresado, enjuiciado y condenado
bajo los cargos de: asesinato, corrupción, violación, sodomía e incesto y es encarcelado
de por vida, pero tras un suntuoso pago de fianza al emperador alemán, por Giovanni di Bicci di Médici, a los tres
años de haber sido recluido, es liberado y el ahora, único papa de La Iglesia
Católica, Martín V, siguiendo los consejos de su benefactor financiero, le da
una nueva oportunidad, y lo nombra, en 1419, obispo de Frascati, un pequeño
enclave muy cerca de Roma, cargo que va a ejercer por menos de un año, cuando
muere a los 49 años de edad.
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Detalle de la tumba diseñada por Donatello a Juan XXIII
en el baptisterio de la ciudad de Florencia. |
Su cuerpo es
llevado a Florencia y está enterrado en el Baptisterio, en una tumba diseñada y
esculpida por Donatello, siendo éste, el último “papa” enterrado fuera de Roma
y con él se da fin a los llamados Anti Papas, en vista qué, desde ahora en
adelante, las reglas del cónclave se van a modernizar y no hubo de nuevo dos
pontífices o más, de forma simultánea, en el Trono de San Pedro.
Escrito por Jorge
Lucas Alvarez Girardi